No hay edad para apuntarse por primera vez a la universidad o, por el contrario, volver a pisar un aula. Es el pensamiento de más de medio millar de ourensanos mayores de 65 años que este curso también hacen la llamada “vuelta al cole”. La formación para la tercera edad está en auge y, tras la pandemia que paralizó las clases presenciales (más para una población tan vulnerable), los ánimos de los mayores ourensanos vuelven a copar este tipo de actividades y repuntan las matrículas. Antropología, arte, derecho, idiomas… Los ourensanos que ya peinan canas se interesan por todo tipo de formación, a pesar de estar ya jubilados. En la provincia hay varias opciones y todas notan el aumento de interés en el curso 2022-2023, tras dos años en los que el covid frenó el número de alumnos que acuden cada año a estas aulas. En el cómputo global, son más de 500 los mayores de la provincia que este año se anotan a ciclos universitarios o de formación específica.
De los impuestos al arte
Alberto Vaquero, profesor de Económicas en el Campus de Ourense, es el coordinador del Programa de Mayores de Ourense (PUM), que precisamente cumplió este curso veinte años con el reto de abrirse al rural y seguir creciendo en alumnado. “Este curso tenemos buenas sensaciones, ya sin restricciones de ningún tipo. En el ciclo integrado, donde los alumnos más veteranos cursan materias con los alumnos de grado, ya superamos la cifra del año pasado y tenemos 20 matriculados”, explica Vaquero. En el ciclo intensivo, donde el alumnado se forma en materias como economía básica, cómo entender los impuestos, historia, informática, derecho o teatro, ya son 50 matriculados. “Y eso que hasta el 30 de septiembre la matrícula está abierta, por lo que somos optimistas y pensamos que vamos a superar la cifra del año pasado”, añade. Prueba del éxito del programa de mayores, tal y como recuerda el coordinador, es que esta docencia “tiene la calificación más alta de toda la UVigo”.
Aulas reducidas
Concepción Álvarez es la coordinadora del programa Uned Sénior en Ourense, otra formación destinada a los mayores ourensanos que repunta en matrículas. Es el sexto año que se celebra. “Superaremos los 100 alumnos. En cada asignatura dejamos entre 35 y 40 alumnos por el tamaño del aula, que tiene un aforo reducido. Si no, tendríamos muchos más alumnos. La materia de ‘Arte barroco español’ se llenó a las dos horas de abrirse el plazo”, cuenta. Hay alumnado en reserva por si otros cancelan.
Los plazos de la Uned aún admiten alumnos, pero ya cuentan con superar los números prepandemia. “El curso pasado la gente tenía miedo y se notó en la matrícula, pero ahora se ha perdido y recuperaremos alumnos”, dice Álvarez. En las clases, el perfil mayoritario es de mujer de entre 65 y 80 años. La motivación primera, como suele ocurrir, es “hacer vida social”.
Cambio de perfil
Una tercera opción en la ciudad son las Aulas Sénior de Ategal, aunque no es formación universitaria. Marisa Justo coordina las clases y, a pesar de que la matrícula se abre a final de mes, “recibimos ya muchísimas llamadas”. Una de las novedades es que retoman las salidas culturales. También inauguran una aplicación para que los mayores aprendan a manejarse en los cajeros. “Es un momento crucial para decidir cómo queremos cumplir años, cómo nuestro cuerpo y nuestro entorno nos van a permitir hacernos mayores”, reivindican. La coordinadora de Ategal augura que recuperarán los números de antes: “Hay repunte, antes teníamos sobre 280 alumnos y el año pasado fueron 102. Volveremos a los 280, ya notamos el gran interés”, dice. Además, los mayores se interesan por asignaturas más difíciles: “Nos cambió el perfil muchísimo. Ahora antropología es la asignatura estrella. Quieren saber todo sobre el ser humano”, explica.
Con la matrícula aún abierta en los principales cursos de formación para mayores, las expectativas son más que optimistas. El curso está llamado a marcar un récord de inscritos.
