Lucha contra el coronavirus

Las residencias se vacían de positivos, seis meses después

En el centro Santa Mariña de Xinzo celebran el negativo del último mayor contagiado: "Es un respiro"

Las residencias de la provincia vencen una batalla más al virus. Seis meses después del primer brote de la segunda ola, registrado el 22 de septiembre en Las Salinas, los centros ourensanos han conseguido vaciarse de positivos. El último usuario en negativizar (un mayor de la residencia Santa Mariña de Xinzo) supone un punto y a parte en la lucha contra la pandemia.

La directora del centro limiano, María Rodríguez, reconoce la alegría del equipo: "Es un respiro, la verdad. No podemos bajar la guardia, pero nos tranquiliza mucho saber que el virus ya está fuera". El positivo de un usuario, detectado el 28 de febrero, levantó las alarmas. Los mayores, así como los trabajadores, ya estaban en ese momento inmunizados con ambas dosis de la vacuna, pero eso no evitó que el covid entrase en la residencia. "Sabíamos que el riesgo estaba ahí, pero no nos lo esperábamos. Nos dio rabia, sobre todo porque Xinzo estuvo muy mal en la tercera ola y nos habíamos conseguido salvar de contagios", recuerda Rodríguez. 

Después del primer positivo, el Sergas realizó varios cribados. En total, se detectaron 12 contagios entre los usuarios y ninguno entre la plantilla. El origen de los positivos todavía se desconoce: "La verdad es que no lo sabemos, nosotros aquí intentamos llevar los protocolos a rajatabla, como en el resto de centros". Pero pese a los contagios, ninguno de los 12 mayores presentaba síntomas. 

Con el paso de los días, y no sin cierta preocupación de trabajadores y familias, los mayores seguían bien. "Al ver que no se ponían malitos... fue un alivio enorme, nos dio mucha fuerza para seguir", asegura. Raquel Nogueira, una usuaria de 102 años, también superó la enfermedad: "Cuando dio positivo no sabíamos cómo iba a evolucionar, teníamos miedo, pero vamos, lo pasó como si nada". 

La clave, la vacuna: "Hizo su efecto. Todos fueron asintomáticos. No sé si será así en todos los casos, pero aquí, sí". 

APOYOS

Desde que se detectó el brote, la Fundación San Rosendo decidió enviar al equipo covid (formado por profesionales con experiencia en el tratamiento de la enfermedad) a la residencia para reforzar al personal. "Nos ayudaron muchísimo. Nos guiaron desde el principio y nos dieron tranquilidad", reconoce la directora. Desde fuera, las familias también se convirtieron en un importante apoyo: "Nos animaron mucho". 

Ahora, usuarios y trabajadores recuperarán cierta normalidad, aunque sin bajar la guardia.

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