Lucha contra el coronavirus

Coronavirus en Ourense | Las restricciones vacían las calles y llevan al límite al comercio local

La rúa Portelo de Allariz, vacía ayer por la mañana en el primer día de restricciones (MIGUEL ÁNGEL).
photo_camera La rúa Portelo de Allariz, vacía ayer por la mañana en el primer día de restricciones (MIGUEL ÁNGEL).
La evolución de la pandemia preocupa entre los vecinos de los municipios más afectados, que optan por autoconfinarse

Las nuevas restricciones aplicadas por Sanidade esta misma semana entraron ayer en vigor en toda la Galicia. Allariz, Barbadás, Monterrei, Xinzo, O Carballiño, Ourense y Verín inauguraron el nivel máximo de limitaciones, que afecta especialmente a la hostelería y al comercio local. Sus calles, mientras, se vacían por los temores ante los nuevos contagios, que han llevado a muchos a autoconfinarse.

Ourense y Barbadás

Ourense y Barbadás entraron en el nivel máximo de medidas restrictivas, después de una semana bajo limitaciones de tipo medio alto. "Esta semana ya notamos los efectos del cierre a las 18,00 horas de la hostelería, la gente sale menos porque no puede luego ir a tomar algo", lamenta Sandra Merens, de la zapatería Pasiños de la ciudad. Ahora, el cierre de ambos concellos de forma individual reducirá, aún más, la clientela. "A xente non ten ganas de comprar... Non consume, da igual que lle poñas rebaixas ou non", señala María Inés Araújo, de la tienda de ropa Brother de A Valenzá, que asegura que la época navideña no arregló las cuentas. 

Los meses de enero a abril suelen ser meses "malos" para el comercio, pero este año también se nota el efecto de la pandemia. "Moitas tendas terán que pechar, normalmente afrontas eses meses despois da campaña de nadal, de gañarlle algo. Pero agora...", dice Araújo. 

El incremento constante de casos activos no ayuda. Merens cree que "quizás" lo mejor sea otro confinamiento: "Es la única forma de que pare, está claro que no es lo mejor, aunque sean 15 días, nos afecta a todos". Aida Franco, vecina de la ciudad, pide más restricciones. "Na rúa temos moitas máis limitacións ca na Universidade, por exemplo. Estamos todos na clase xuntos, e non sempre hai moita distancia entre uns e outros", apunta. 

Allariz

Los alaricanos viven por primera vez desde el inicio de la pandemia las consecuencias de las restricciones máximas. El aumento de los contagios y el temor entre los vecinos se refleja en las calles, desiertas o con pocos viandantes que salen para lo esencial. "É unha vila pantasma", califica Concepción Quintana, una de las vecinas. Ante el aumento de casos surge la resignación. "Tócanos ir a modiño e tomar moitas máis precuacións", afirma Juan Domínguez.

El comercio local busca adaptarse a la situación, por lo que buscan cuadrar cómo abrir en estas semanas, aunque no descartan cierres en febrero. "Os ánimos están moi baixos, a xente autoconfínase e nós levamos arrastrando esta situación case un ano", comenta Ade Gómez. La hostelería, cerrada prácticamente toda en el casco histórico de Allariz por falta de terrazas, prueba estos días solo con atención en exterior: "Vamos sobre la marcha, pero con seis mesas, cuatro de ellas cubiertas, poco se puede hacer", explica Marian Pérez, hostelera de la villa. 

Verín

Verín inició su cierre perimetral individual ayer, tras romper almendra con Castrelo do Val, Monterrei y Cualedro. La noticia afecta negativamente a la economía de la zona y desde la Asociación de Empresarios de la villa (AEVER) aseguran que la situación es dura y que la falta de movimiento repercute negativamente. José Ángel Rodicio, su presidente, insiste en que "no podemos perder la esperanza, hay que seguir trabajando y concienciándonos de la importancia del comercio local".

Por otra parte, la hostelería ya sufre la caída generalizada de su clientela. Mercedes Benito, trabajadora de una cafetería de la villa se lamenta diciendo que "la situación aquí es penosa y el ánimo está por los suelos". La prohibición de servir en interior se ha dejado ver a la hora de hacer números y "un bar con capacidad para tres mesas en la terraza no soluciona nada".

O Carballiño

El comercio de Carballiño acogió las restricciones con pesimismo, ante una situación económica que se complicará aún más. Los comerciantes consideran que el cierre de la hostelería y el aforo reducido les perjudica porque no anima a la gente a salir a la calle y el cierre perimetral todavía más, ya que una gran parte de los clientes proceden de los concellos de la comarca.

El desánimo llega a los vecinos, aunque reconocen que ya se lo esperaban después de las "libertades" durante la Navidad. Muchos de los carballiñeses no confían en estas medidas, similares a las que se aplicaron en octubre, que no han dado los resultados deseados y prueba de ellos es que O Carballiño regresa de nuevo a las restricciones máximas que afectan a todo el concello.

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