La conexión con la Rías Baixas debía estar finalizada este mes pero se desconoce cuándo se abrirá

Los retrasos del viaducto del Barbantiño aplazan la apertura al tráfico de la AG-53

Obras de construcción del viaducto del Barbatiño, para la  autovía AG-53 entre Ourense y Santiago. Al fondo se aprecia  otro viaducto para la línea del AVE. (Foto: Martiño Pinal)
El retraso de las obras del viaducto del Barbantiño impide abrir al tráfico la AG-53, a pesar de que el resto del tramo final de la autovía Ourense-Santiago está ya terminado. Es uno de los ejemplos de las demoras que sufren las infraestructuras ourensanas, que alcanza los 15 años en el caso de la circunvalación norte.
A pesar de las promesas políticas de Pérez Touriño y María José Caride e3 que el último tramo de la AG-53 entre Ourense y Santiago estaría abierto al tráfico en marzo, la demora acumulada en la construcción del viaducto do Barbantiño ha provocado que, ya a punto de concluir el mes, las obras aún no estén terminadas.

De los 13 kilómetros que quedan por abrir para completar la conexión entre ambas ciudades, los que van entre el enlace de Cea y la conexión con la A-52, sólo falta por construir el citado viaducto, de 780 metros, mientras que el resto del trazado está completamente terminado y ya preparado para su apertura al tráfico. Al final, el presidente electo de la Xunta, Núñez Feijóo, que iniciara los trámites de la entonces autopista siendo conselleiro de Política Territorial, acabará cuatro años después ‘firmando’ su apertura.

No obstante, la ejecución del viaducto se retrasó en los últimos meses ya que el frío y las continuas lluvias motivaron que las obras se ralentizasen más de lo previsto. Las bajas temperaturas obligaron a esperar más tiempo para que fraguasen correctamente las estructuras, mientras que las lluvias dificultaban el tránsito de vehículos de obra por la zona, de una gran pendiente.

Por ello, Política Territorial había prorrogado el contrato a la constructora hasta finales de este mismo mes para terminar su ejecución, pero todavía no está aca bada. Las obras actuales se centran en la finalización de la plataforma viaria, aunque ya se han iniciado algunos remates. No obstante, desde la consellería no quisieron precisar cuánto tiempo falta para que la obra acabe.

Este caso es una muestra del continuo incumplimiento de los plazos de obra que registran la mayoría de las infraestructuras ourensanas. De hecho, las obras de los últimos 13 kilómetros de la AG-53 se contrataron en julio de 2006 con un plazo de obra de 24 meses, lo que implicaba que el trazado debería estar en servicio en el verano de 2008.

No obstante, la ejecución de los dos viaductos del tramo -Bar bantiño y Miño- había sido encargada mediante otro contrato diferente (aunque se adjudicó a la misma empresa) y con un plazo de obra inferior, de 16 meses. Es decir, el viaducto que ahora provoca el retraso tendría que estar terminado a finales del año 2007 o a principios de 2008.

Obras con 15 años de tramitación

Las demoras tanto durante la ejecución de las obras como en la fase previa de tramitación afectan a buena parte de las infraestructuras ourensanas, si bien el caso más flagrante es el de la variante norte, entre las carreteras N-525 y N-120. Se trata de la infraestructura que lleva más retraso en Ourense, pues acumula 15 años de tramitación.

De hecho, en 1994 se elaboró el primer estudio informativo y ese año entró en el Ministerio de Medio Ambiente (que, de hecho, así lo recoge actualmente en un informe en su página web) para su revisión ambiental, pero luego los trazados que proponía ese estudio fueron descartados y no se publicó el nuevo estudio informativo hasta 2001. Cinco años más tarde, ya en 2006, se aprobó la Declaración de Impacto Ambiental. El último trámite realizado para la circunvalación norte fue la contratación del proyecto, que se realizó en abril de 2008 y entonces se otorgaba un plazo de redacción de siete meses, que ya han transcurrido. Sin embargo, por el momento no se han realizado trámites para iniciar las obras.




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