Pasó lo que pasó

Con el rey Baltasar sube la inflación

Reyes Magos
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Son un auténtico peligro público

La inflación es inoportuna, no por el desembolso económico que nos exige para seguir comprando lo que hasta hace nada era más barato, sino porque nos obliga a prestar atención a menudencias. Lamentablemente, nos exige estar pendientes de la cesta de la compra, ahora que en Ourense subió en un año un 17%, y dejar de estar atentos a cosas verdaderamente apasionantes, como la letra de la vendetta de Shakira contra Piqué o las explicaciones que se dan desde el Concello sobre la invitación a una persona condenada por delitos sexuales a ser figurante del rey Baltasar en la cabalgata. Hace años un hombre no muy espabilado de mi aldea jugaba saltando de sepultura en sepultura esquivando una que estaba abierta en espera de un morador que sería enterrado al día siguiente. Era de noche y comenzó a llover torrencialmente. Él, contrariado, exclamó: “Vaia por Dios, co ben que me estaba divirtindo e ten que poñerse a chover!”. Con lo bien que lo estábamos pasando con las palomitas en el regazo viendo cómo la ciudad a la que le pesan los pies hacía que se escandalizaba al conocer lo del rey Baltasar, viene el IPC a coger el mando a distancia y cambiar de canal. Decía Fraga que los políticos deben estar preocupados por “los precios de las alubias” para conectar con el votante. Eran tiempos, ahora hay que estar vigilantes para que algunos figurantes estén lejos de sus tentaciones y, sobre todo, hay que estar atentos para poner a algunos políticos lejos de las instituciones. Porque son un auténtico peligro. 

Vergüenza corta

La inflación es, además de inoportuna, injusta. La soporta todo el mundo, aquí no hay escalados en función de los ingresos. Una información de este periódico en octubre pasado recordaba que “más de 40.000 ourensanos, un 13,5% de la población de la provincia, sobreviven con menos de 7.500 euros al año -apenas llegan, o ni eso, a la mitad del salario mínimo actual, situado en 14.000 euros anuales-”. Igual que si fuesen potentados pagan hoy el kilo de azúcar un 50% más que hace un año y una docena de huevos un 30% más. Pero no están preocupados por eso, claro. Siguen con inusitado interés el vergonzante espectáculo municipal, respirando aliviados al saber que 22 de 27 concejales piden la dimisión de Jácome y los suyos por el caso del Baltasar de la mano larga y el alcalde de la vergüenza corta.  

Lo que merecen  

Eso seguro que le tuerce la mano y la voluntad al IPC. Los ourensanos de recursos económicos limitados tal vez estén felices por mantener sin desahogos a los que gobiernan para que puedan ir al súper y no dejar a deber en la caja. Cuesta 71.976 euros Gonzalo Pérez Jácome; 61.496 un tal Armando Ojea, que a diario recibe ofertas del sector privado gracias a su descollante gestión municipal, y 51.259 cada uno de los otros dos del coro, sin oficio conocido pero sí beneficio. La oposición hizo de nuevo el paripé el pleno del viernes aprobando un texto para exigir que estos cuatro dimitan y empiecen a trabajar y a cobrar por lo que merecen. Los mismos grupos que fueron incapaces de firmar la moción de censura para revertir esta caótica situación calientan ahora los paños del disimulo. Pues que anden finos, no sea que las urnas del 28 de mayo les censuren a ellos como se están mereciendo.

Conclusiones 

El llamado “caso Baltasar” evidenció que a Jácome todo se le fue de las manos, que acudió al insulto y la imprecación como mejor argumento ante la imposibilidad de defender sus pifias. Que el mismo PP que le votó y aún le sostiene sin empacho se puso ropajes de bufón pidiendo que su patrocinado se vaya para casa. Lo hizo a través de dos notas de prensa delirantes, tarde y sin fe. El PSOE, manteniendo el tipo pese a que dentro crujen las cuadernas del barco. El BNG ha sido el que ha demostrado más reflejos, prudencia desde el primer día, pero contundencia en la exigencia de responsabilidades. El único edil de Ciudadanos, faena de aliño, y su excompañero y verso suelto de la corporación, esperando el limosneo que pueda caer de la alcaldía. Eso sí, hay que reconocerles el mérito de que atraen más la atención que el dato de la inflación. Como si nos preocupase lo mismo.

Al poner la lupa: silencio, aquí aún hay gente leyendo

Jóvenes leyendo en la Biblioteca Nós de Ourense (Foto: José Paz).
Jóvenes leyendo en la Biblioteca Nós de Ourense (Foto: José Paz).

He aquí una imagen que derriba tópicos y modula las generalizaciones. Jóvenes leyendo, por obligación o placer, en la Biblioteca Nós, en la zona de San Francisco. Después de criticarles por su superficialidad, por su aversión a posar sus ojos más de un minuto  sobre un texto escrito y sin faltas de ortografía, resulta que el Día de las Bibliotecas revive la esperanza de la lectura, incluso en libro físico, un objeto que parecía una pieza arqueológica. Ourense tiene algunas bibliotecas excelentes, espacios concebidos con una arquitectura que ejerce como imán al propósito. La del campus universitario es una de ellas. La pública de San Francisco es la reina, cortejada por decenas de personas a diario. Ha sido construida en un lugar con otros contenedores culturales sobresalientes, sobre todo el Archivo Histórico o el Claustro de San Francisco. Sospecho que estos tesoros son los grandes desconocidos de la ciudad. Solo es una sospecha, insisto.

El portafotos

Isabel Pardo de Vera.
Isabel Pardo de Vera.

Isabel Pardo de Vera es secretaria de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, un cargo que cabe en la tarjeta de visita si se le reduce bastante el cuerpo de letra. Bajo la gestión de esta lucense está lo mollar de las inversiones en las infraestructuras, lo mismo carreteras que ferrocarriles. Antes de llegar a su actual sillón ocupó el de presidenta de Adif, el gestor las dotaciones ferroviarias, entre ellas el AVE. Comprometió plazos del AVE a Ourense que luego no se cumplieron, pero tampoco fue ella la única que se equivocó con el calendario. Hace unos días dijo que los trenes Avril (por los que esperamos en Galicia para que el AVE sea verdaderamente eficaz y competitivo) no estarán disponibles hasta el otoño, como mínimo. Había dicho que este asunto estaría resuelto el año pasado, pero se ve que no. ¿La culpa? Es huérfana, ya se sabe. Ni de ella ni de su departamento, por supuesto. Ourense espera aún por infraestructuras clave, sobre todo en Valdeorras, y la señora de cargo tan largo se da por aludida solo de forma muy parcial. Acude con frecuencia a Galicia con la comodidad de quien sabe que no se le piden responsabilidades. Los suyos, los del PSOE, los primeros en traerla bajo palio.

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