La meta de la declaración de Patrimonio de la Humanidad está ahora más cerca. Los retos son muchos. Por ejemplo, en materia turística aún queda mucho por hacer para potenciar el geodestino.
La Ribeira Sacra acaba de ganar una importante batalla en la larga carrera para la declaración de la zona como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. El Consejo de Patrimonio Histórico no ha tenido dudas para otorgar sus parabienes a tan espectacular demostración de belleza natural. "Precisamente por su integridad y autenticidad, fue posible presentar su candidatura", subraya José Antonio Fraiz, director del Master Universitario en Dirección y Planificación del Turismo de la Universidad de Vigo.
Los méritos de este espacio compartido entre Ourense y Lugo en absoluto quedarían mermados en el supuesto de que la comisión sufriese una repentina ceguera. Por fortuna está por encima de bendiciones administrativas, pero no cabe duda que la selección entraña posibilidades, también exigencias. La sola nominación supone el efecto multiplicador de la promoción y el valor añadido en imagen.
Los beneficios son claros para José Antonio Fraiz: "se atraen más turistas, se posiciona mejor en este caso el geodestino a nivel internacional y se atrae más dinero, pero los costes, también muy presentes, no suelen ser tan aireados, y sin embargo pueden llegar a estar igual de presentes. De lo que no hay duda es de que supone un motor de cambio".
En la actualidad, según la Axencia Galega de Turismo, es uno de los 18 destinos con más tirón de Galicia, pero en el año 2017 apenas captó el 3,1% de las noches que los turistas pasaron en Galicia, una décima por encima del eje turístico formado por Ourense y Allariz.
La Ribeira Sacra es, en realidad, el destino con más tirón de Ourense ya que otras zonas como Celanova y Baixa Limia apenas captaron el 0,5% de las noches del 2017; Manzaneda-Trevinca, el 0,7%; O Ribeiro, un 1,2% y Verín-Viana, un 0,7%. Pero estos indicadores merecen una matización ya que incluyen toda la Ribeira Sacra, es decir, los concellos lucenses y ourensanos. Los ocho municipios de la provincia tienen una escasa oferta de plazas turísticas, con la única excepción del Parador de Santo Estevo, si bien cierra durante parte del invierno. Salvo este equipamiento ubicado en el Concello de Nogueira de Ramuín —con algo más de 200 plazas abiertas— la importancia en el sector es testimonial en Esgos, Montederramo, Xunqueira de Espadañedo, A Peroxa, Castro Caldelas, A Teixeira o Parada de Sil, municipios incluidos en la comarca.
Mirada larga
La Ribeira Sacra está, por lo tanto, a años luz de lo que pueda o quiera ser. En el supuesto de que consiga la declaración esta puede ser un impulso para su revitalización, "pues no se puede olvidar que es un territorio esencialmente rural muy afectado por la pérdida de población, con un claro proceso de envejecimiento, en la que el turismo todavía presenta un peso reducido en el tejido productivo actual de la zona", subraya Fraiz.
El director del Master aprecia también la necesidad de estructurar la comercialización del territorio mediante un proceso que tiene que englobar a todos sus agentes socioeconómicos: "ciudadanos, gestores públicos, empresas y otras instituciones". Y añade: "la producción y el consumo son inseparables en la experiencia turística, lo que implica que las empresas del sector, las comunidades locales y los propios consumidores influyen en dicha experiencia".
Pero el conjunto de la Ribeira Sacra no dejará de ser una isla si sus acciones se piensan y ejecutan en el futuro a espaldas de las realidades socieconómicas que la rodean. Como dice José Antonio Fraiz, "tampoco nos debemos olvidar de la conectividad con el geodestino, que indudablemente en el caso de A Ribeira Sacra pasa por la llegada del AVE a Ourense, que supondrá entonces un impulso importante, al acortar significativamente los tiempos de los desplazamientos de los mercados de origen".
