Robada una talla de 100 años de antigüedad de la iglesia de Soutochao, en Vilardevós

La talla de San Pedro.
Los ladrones se apoderaron de una talla de madera policromada dedicada a San Pedro en la iglesia de Santa María de Soutochao, en Vilardevós. El párroco, Luis Pérez, se percató de la sustracción el pasado día 31 cuando visitó el templo para oficiar actos religiosos y se encontró con la puerta abierta, forzada con un hierro. Los ladrones también intentaron robar en la iglesia cercana de la localidad de Berrande (Vilardevós) pero no lograron abrir la puerta.
El sacerdote recordaba ayer que la imagen de San Pedro sustraída tiene un siglo de antigüedad y mide de 70 centímetros de alto, con un peso de unos 12 kilos.

La iglesia está sola en los alrededores de la localidad, por lo que los ladrones actuaron sin temor a ser vistos por los vecinos. Luis Pérez, que denuncio la sustracción en el cuartel de la Guardia Civil de Riós, se mostraba ayer extrañado por el robo, dado que en el interior del templo había más objetos de valor (cálices, copones y candelabros de plata) y no le tocaron.

Este es el segundo robo que registra la iglesia de Soutochao en la última década. En el anterior, los ladrones se apoderaron de varias piezas del retablo central, de estilo barroco, que de momento aún no fueron recuperadas.

El asalto a ambos templos religiosos alarmó a los vecinos y a los sacerdotes de la comarca de Monterrei, ante el temor de que se produzcan más robos. 'Los objetos de más valor ya solemos custodiarlos en casas particulares', explicó el párroco de Vilardevós, Digno González,

Este religioso se desplazó, junto con Luis Pérez, a los templos de Soutochao y Berrande para conocer el alcance de los daños. 'Las medidas de seguridad no sirven de nada, los ladrones las neutralizan', lamentaba Digno González.

La Guardia Civil realizó una inspección ocular en ambos templos con el objetivo de hallar huellas que permitan identificar a los ladrones. Los agentes no descartan que éstos se desplazaran desde Portugal (Soutochao está a escasos kilómetros de la frontera) y sustrajeran la talla para venderla a un anticuario luso. La Comandancia de Ourense alertó por ello de la sustracción a la Guardia Nacional Republicana lusa.

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