EN OURENSE

Los roedores toman la ciudad

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photo_camera Un roedor erguido observa el entorno, antes de avanzar, en el Campus (izquierda), una rata a la carrera, en el Posío (arriba); y uno de los roedores nada en el estanque del Campus (abajo).

Se amontonan las quejas por "avistamientos" de ratas y ratones por toda la ciudad. El último escenario que han conquistado estos roedores es el entorno del viejo Campus. Se atreven incluso hasta a nadar en el estanque.

En las últimas semanas se acumulan las denuncias vecinales por la aparición de roedores (ratas y ratones) en la ciudad: desde San Lázaro y su entorno –uno de los lugares recurrentes–, hasta la plaza de La Marina, A Milagrosa, calles Río Arnoia o San Francisco, o la misma calle Paseo. Esta misma semana, el pasado martes, la oposición reclamaba en junta de área al gobierno municipal la necesidad de tomar medidas urgentes en el Xardín do Posío, ante las quejas vecinales que hablan de una importante afluencia de roedores. Tanto ratas como ratones son portadores de enfermedades infecciosas, en el primer caso la más conocida es la peste, pero incluye más, y en el caso de los ratones, pueden transmitir un hantavirus que provoca una enfermedad pulmonar especialmente agresiva. De ahí la necesidad del control de sus poblaciones.

Y el último afloramiento se ha detectado en el Campus, en torno a los antiguos pabellones. "Estuve ayer por la tarde aquí con una amiga y no paramos de ver ratas, ratones más bien, por todos los lados, incluso nadando", explicaba este miércoles Román Saa, un estudiante del Campus de Ourense que descansa, entre clase y clase, al borde del estanque de los patos, en el recinto universitario. "Levamos 15 minutos aquí mirándolas porque sorprendeunos velas nadando, é a primeira vez que as vemos", señala un grupo de jóvenes universitarias que saca fotos y vídeos de los roedores para inmortalizar el momento.

Un poco  más allá, José Luis Varela, que pasea con un niño pequeño en brazos, aseguraba que "el otro día estaban unos chavalitos ahí al lado del estanque y vieron hasta 14 o 15 ir saliendo de esa zona". Rebeca Estéves, otra alumna del Campus, asegura que "no tenía ni idea de que hubiera ratas o ratones ahí", aunque asegura que "no me extraña, porque el estanque y el entorno están bastante poco cuidados". Gelasio Araujo, jubilado, sí que fue testigo "hará un mes o así, de una rata, ahí, junto a la escultura del buho", señala.

Desde el Campus reconocen que "arredor de xullo detectouse a presencia de ratas na zona do estanque". Precisamente por esta razón se contrató en ese momento una empresa para la desratización. Según aseguran, la empresa "xa realizou varias campañas de desratización e fai seguemento dos resultados de cada unha para ir tomando as medidas necesarias para atallar a súa presencia".

En todo caso, matizan desde el gabinete de prensa del Campus que  los resultados son más lentos de lo que se desearía porque en esa zona la gente echa comida a los patos y las ratas o ratones también se benefician de ello. Precisamente por este motivo, está previsto que en breve se coloquen unos carteles indicando "á xente que por favor non tiren comida ao estanque", apuntan desde la Universidad. Es muy frecuente ver a  personas jóvenes y mayores echando trozos de pan a los patos del estanque y los roedores nadando en las cercanías, a la espera de conseguir algún bocado.


¿Rata o ratón?


La confusión entre ratas y ratones es habitual en los distintos avistamientos de la ciudad. También en el de la Universidad.  El tamaño de los roedores localizados en el Campus -mayores que una mano- lleva a pensar tanto a Serafín González, de la Sociedade Galega de Historia Natural, como a Julio Rodríguez, biólogo en el Campus, a catalogarlos como ratas, aunque desde el servicio de control de plagas del Complexo Hospitalario de Ourense consideran que serían ratones de campo.

En todo caso, Óscar Vidal, responsable de Anticimex 3D, explica que "nuestro servicio de desratización para el Concello contempla tanto ratas como ratones". En cuanto a su aparición en el entorno del Campus, Vidal apunta, además de la comida echada  a los patos, el hecho de que hay una obra importante en el entorno, como es la de la avenida Otero Pedrayo, "y esto saca a los roedores de su hábitat natural y los lleva a buscar nuevos refugios".   En este sentido recuerda que "hace unos meses también tuvimos que intervenir en el Parque de San Lázaro porque había una obra en Xaquín Lorenzo".

Los roedores campan por la ciudad. Y en el Campus han encontrado un refugio difícil de igualar, con comida, espacio verde y hasta estanque para nadar.

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