Ave Décimo 'o Galego', así recibieron en Roma al general Décimo Junio Bruno tras conquistar tierras galaicas y acabar con la leyenda sobre el poder del olvido del río Lethes. La historia del año 137 antes de Cristo volvió a escribirse ayer en Xinzo con motivo de la representación del paso del río y la gran batalla entre celtas y romanos en el Esquecemento.
Bajo un sol abrasador, varios cientos de personas se dieron cita en los márgenes del Limia y, posteriormente en el parque de O Toural, para disfrutar de la escenificación de los hechos históricos que supusieron la creación de Civitas Limicorum, nacido del valor y la nobleza de un pueblo y cuya historia se ha trasmitido de generación en generación.
Con un 'Gloria a Roma sempre!' cruzó Décimo Junio Bruto el Lethes, ante las miradas de temor y las advertencias de sus soldados ante el peligro de perder la memoria y la cordura. Su valentía fue recompensada y, rompiendo la leyenda, enumeró uno a uno a sus soldados y batallas, obligándoles a cruzar el río ante el aplauso de los presentes. Los actos históricos prosiguieron después en la arboleda de O Toural, donde se desarrolló la gran batalla y el duelo personal entre Décimo Junio Bruto y Beltaine, el valiente jefe castrexo, que al dar su vida por su tierra, se ganó el respeto y admiración de los romanos.
La representación histórica marco el eje central de las celebraciones de ayer, si bien el mercado (macellum), las exhibiciones de cetrería, cestería y cantería, y las actuaciones musicales extendieron el ambiente festivo a todo el municipio. A medianoche, y tras el hermanamiento de la batalla y el gran espectáculo de Ludi Galdiatorum en la Praza Maior, celtas y romanos compartieron con tristeza el apagado del fuego sagrado que marca el final de las celebraciones y la cuenta atrás para el Esquecemento de 2014.
Con un 'Gloria a Roma sempre!' cruzó Décimo Junio Bruto el Lethes, ante las miradas de temor y las advertencias de sus soldados ante el peligro de perder la memoria y la cordura. Su valentía fue recompensada y, rompiendo la leyenda, enumeró uno a uno a sus soldados y batallas, obligándoles a cruzar el río ante el aplauso de los presentes. Los actos históricos prosiguieron después en la arboleda de O Toural, donde se desarrolló la gran batalla y el duelo personal entre Décimo Junio Bruto y Beltaine, el valiente jefe castrexo, que al dar su vida por su tierra, se ganó el respeto y admiración de los romanos.
La representación histórica marco el eje central de las celebraciones de ayer, si bien el mercado (macellum), las exhibiciones de cetrería, cestería y cantería, y las actuaciones musicales extendieron el ambiente festivo a todo el municipio. A medianoche, y tras el hermanamiento de la batalla y el gran espectáculo de Ludi Galdiatorum en la Praza Maior, celtas y romanos compartieron con tristeza el apagado del fuego sagrado que marca el final de las celebraciones y la cuenta atrás para el Esquecemento de 2014.