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El rural y los mayores dan impulso a la defensa de los servicios básicos

LOBEIRA (ESTRADA OU-1212). 15/09/2019. OURENSE. Concentración vecinal delante de la única farmacia de Lobeira que protestan por el desabastecimiento de medicamentos y la falta de farmacéutico profesional desde hace tres años, lo que obliga a muchas personas de avanzada edad a desplazarse hasta otros concellos limítrofes para obtener medicinas. FOTO: ÓSCAR PINAL
photo_camera Los vecinos de Lobeira, este domingo ante la farmacia, para pedir que vuelva su propietario y haya medicamentos.
Las administraciones empiezan a mover ficha para garantizar farmacias y evitar la exclusión financiero en núcleos pequeños

Las personas mayores y los vecinos del rural se erigen como uno de los pilares reivindicativos de la provincia. Durante los últimos meses, la gente de edad más avanzada ocupa gran parte de las movilizaciones, que, en muchos casos, empiezan a dar sus frutos.

Jubilados, emigrantes retornados, vecinos que reclaman transporte o equipamientos sanitarios...Las administraciones empiezan a mover ficha e intentan blindar ciertos servicios, ya que la escasa rentabilidad de los mismos lleva a su desaparición. Está sucediendo con los bancos, amenaza a las farmacias, complica la gestión de los centros de salud y deja al rural sin servicios básicos.

La Xunta de Galicia perfila situar como eje prioritario la atención de servicios básicos en las poblaciones más pequeñas, habida cuenta de que los pueblos más "aletargados" empiezan a activarse al sentirse discriminados. "Imos quedando sen nada. Falan moito da España Vaciada, e hai que empezar a mirar o que hai. Se se vai a farmacia, despois a Garda Civil e despois o médico... Que nos queda? O colexio agora é unha residencia de anciáns, dá unh aidea do que está por vir...", reflexiona Merche Álvarez, de Lobeira, una de las que reivindica que les devuelva la normalidad del servicio farmacéutica.


Farmacias rurales


La bajada del precio de los medicamentos, la despoblación o los recortes castigaron con fuerza a la farmacia rural que aguanta a duras penas "Ha afectado muchísimo, y más en el rural", precisó el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Ourense, Vicente Jairo Álvarez, que durante el mandato que ahora deja ha lanzado SOS en multitud de ocasiones. Recientemente, el Colegio firmó un acuerdo con la Diputación de Ourense, pionero en España, para obtener apoyo financiero. "A obriga da Deputación é estar co medio rural", remarcó el presidente provincial, Manuel Baltar.

El último levantamiento se ha dado en Lobeira, donde no tienen ya los medicamentos más básicos, y que ha causado que Sanidade haya anunciado que tramitan la apertura de una botica de emergencia para dar solución. Esgos –que solo tenía una botica–, tendrá una farmacia tras el concurso de la Xunta lanzado el pasado año. También se sumarán dos más en Pereiro, y una en Allariz y Verín.


Exclusión financiera y digital


Otro de los problemas del rural es la exclusión financiera, que afecta cerca de 30.000 ourensanos. El último informe del Banco de España detalla que hay 195 oficinas bancarias en la provincia, un 45% menos que hace una década. Y 25 de los 92 concellos no tienen ninguna oficina. La Xunta también ha anunciado que pondrá coto a esta situación con la instalación de cajeros en estos concellos, en los que los vecinos puedan ingresar y retirar dinero, así como pagar facturas, independientemente de su entidad.


Comunicaciones


En el otro punto se sitúan las protesas por la exclusión digital, que causan críticas continuas desde el rural y que han conseguido, sin embargo , que las administraciones obliguen a las operadoras a desplegar fibra con ayudas y con el compromiso de que 2020 será el año definitivo para tener alta velocidad en toda la provincia. También sigue habiendo problemas telefónicos y de cobertura en muchos núcleos. Recientemente, los alcaldes del oriente ourensano levantaban la voz ante las caídas de telefonía fija e internet que afectaron a Viana o Vilamartín.


Retornados y jubilados


Un polo clave es el del colectivo de emigrantes retornados, que continúa manifestándose cada mes reclamando una igualdad fiscal. "Desde o 2013 empezaron a mandarnos cartas de Facenda dicindo que tiñamos que pagar a declaración da renda desde 2009, catro anos para atrás, cando os emigrantes non estabamos obrigados a declarar", apunta Luis Quintas, líder del colectivo.

Otro eje han sido los jubilados y, fruto de sus continuas protestas en 2017 y 2018, se elevó su poder adquisitivo, con una revalorización anual de las pensiones ourensanas –que siguen siendo las más bajas– de hasta un 6%, la más alta de España. 


Un rural que está en lucha constante


En los últimos meses, el rural ha sido proactivo en movilizaciones de todo tipo. En A Rúa la sociedad salió a la calle para evitar la deslocalización de puestos de trabajo de Iberdrola; alcaldes del rural han alzado la voz contra el abandono de las viviendas, el mal estado de carreteras o los daños y la falta de ayudas para emprender ene el rural.  Y en Celanova han llegado a alzarse para defender sus escuelas deportivas. El "Ourense vaciado" da la cara. También en el ámbito el sanitario, que ha levantado a comarcas como Verín o Valdeorras en infinidad de ocasiones, siempre con la sospecha de una pérdida de servicios que, si cabe, ha reforzado la relación vecinal con sus propios hospitales comarcales. 

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