La parroquia de Pereira de Montes, en A Merca, sufrió recientemente una agitación cultural. Ahora, sus vecinos se congregan para participar en bingos caseros, salir a caminar al monte -con sendas bicas y refrescos- o compiten para ver quien hace el mejor caldo gallego. Este sismo se llama Carlos Sousa y viene del estado alemán de Sajonia.
Solo lleva dos años viviendo en el pueblo, pero no es ningún extraño: su padre era gallego y Carlos, de 56 años, visita Pereira desde que tiene memoria. Ahora, está instalado en una casa familiar que tiene tres siglos de historia. La está restaurando sin renunciar a su esencia porque asegura que no hay mayor satisfacción que levantarse por la mañana y “sentir a tus antepasados en los muros”.
El alemán de A Merca tiene muchos quehaceres, además de teletrabajar para multinacionales como Samsung -sacando a empresas de crisis financieras y ayudándolas a adaptarse a los cambios-, está creando una academia para ejecutivos procedentes de Alemania, Inglaterra y Estados Unidos, restaurando una casa del siglo XVII y organizando las fiestas anuales de Pereira de Montes.
Así explica Carlos Sousa por qué se asentó en Pereira
El propio Carlos Sousa explica en este vídeo los motivos que le llevaron a asentarse en esta aldea de A Merca.
Esta última responsabilidad no es peccata minuta, ya que pretende cambiar el concepto por completo. Carlos dejó lejos los aires de grandeza que se dan algunos pueblos o ciudades en materia festiva: “Parece que si no traes a la Panorama no va a venir nadie de fuera, pero ese va a ser el espíritu de la fiesta. Compartir los del pueblo unas fiestas que nos representen”, explica.
Así, Sousa hace un llamamiento al localismo y aprovecha para reivindicarlo todo el año. Entre otras dinámicas, los vecinos del pueblo se encuentran recopilando imágenes para hacer una exposición de fotografías antiguas. También harán una subasta y competiciones gastronómicas. “La tradición y la historia van a ser las protagonistas de las fiestas patronales”, dice el alemán.
Todo el espíritu festivo se resume en un “menos es más”, una filosofía que Carlos Sousa quiere aplicar todo el año: “Hay que recaudar fondos durante doce meses, con actividades que celebren y respeten la tradición”, señala.
Preocupaciones vecinales
Carlos Sousa es un hombre de mundo. A lo largo de su vida vivió en siete países por trabajo: Alemania, Inglaterra, indonesia, Hungría, Brasil, México y Estados Unidos. Sin embargo, decidió que ya era hora de asentarse y eligió para ello el pueblo natal de su padre. En A Merca puede teletrabajar y disfrutar al mismo tiempo del rural pero, sobre todo, echar raíces. La tradición es intocable, pero también lo es adaptarse al rural de forma ecológica, transicionando a las energías renovables en su vivienda.
Desde que llegó observa en su nuevo entorno una serie de problemas que podrían mejorar, “solo con sentido común”, opina. “Veo como cada día hay personas mayores que van andando dos kilómetros al bar. Podemos estar bajo cero o a 40 grados, pero ellos caminan porque no tienen otra forma de llegar”, señala. Aunque algunos residentes los recogen de camino cuando los ven -los vecinos con coche funcionan como taxistas de vez en cuando-, observa una carencia de transporte público en el rural.
Otra circunstancia que se da en Pereira de Montes, igual en la mayoría de pueblos de la provincia, es la soledad de los mayores. “Estamos tratando de reunir a todo el mundo en el centro del pueblo los sábados por la tarde, para hacernos compañía”, explica. Así, cada uno aporta algo de comer o beber y entre todos intercambian tardes de conversación.
