Una mujer de Ourense, con ayuda de un amigo, le desvalijó la casa aprovechando que la víctima se fue a trabajar tras pasar la noche juntos
Un affaire le costó caro a un vecino de Ourense que había conocido horas antes a Ana Belén R.G. La mujer pasó la noche en la casa de la víctima que, por cortesía, no la echó cuando a las cinco de la mañana tuvo que ausentarse para ir a trabajar.
Ya sin el ligue en la cama, llamó a un amigo, José Carlos B .L., y entre los dos le desvalijaron la casa que compartía el denunciante con su hermana. Ambos lo admitieron ayer en la vista oral celebrada en el Juzgado Penal 2. Ella, desde la prisión de Bonxe (Lugo) y él , quien ahora vive en la calle, desde la sala reservada a los juicios en la segunda planta del edificio de O Couto. Aceptaron penas distintas: a Ana Belén le impusieron un año de cárcel, que le quedará suspendida si no delinque en los próximos tres años y se somete a un tratamiento de deshabitución de drogas. Tiene antecedentes por hechos similares, delitos contra el patrimonio y condenas de un juzgado de Lugo. A José Carlos la sentencia le impone seis meses de cárcel porque los antecedentes penales no le computan. Si no quiere ingresar en la cárcel, debe realizar trabajos comunitarios y no volver a perpetrar delitos en el horizonte de dos años.
Los hechos sentenciados ayer, tras la suspensión del juicio en dos ocasiones anteriores, ocurrieron en la madrugada del día 27 de julio de 2019. La víctima del hurto dejó que se quedara a dormir. En el piso no quedó nadie más que ella entre las cinco de la madrugada y la una del mediodía. Los dos inculpados, puestos de acuerdo, se apoderaron de 900 euros en efectivo que había en el piso pero también electrodomésticos, joyas y otros efectos personales que se hallaban en el domicilio. El valor de los efectos sustraídos ascendió a 6.184 euros, según la tasación aportada por la compañía Caser, personada como acusación particular en este procedimiento penal.
"Duermo en la calle"
El acuerdo entre las dos abogadas de la defensa y la fiscal propiciaron una pena inferior a la inicialmente solicitada por el ministerio público: 15 meses de prisión para ella y nueve para el inculpado. Este último precisó en la sala que solo era posible localizarlo a través del teléfono móvil porque dormía en la calle. “Literalmente”, según sus palabras.
