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San Francisco, O Couto y A Ponte, los barrios que urgen aparcamiento

El parking ante el nuevo edificio de hospitalización sigue cerrado, A Ponte contará con un aparcamiento más y en San Francisco tendrán menos plazas.
photo_camera El parking ante el nuevo edificio de hospitalización sigue cerrado, A Ponte contará con un aparcamiento más y en San Francisco tendrán menos plazas.

Los ourensanos son los gallegos más preocupados por la falta de alternativas y los precios para estacionar sus vehículos

Los problemas relacionados con el aparcamiento (bien sea la escasez de plazas o el precio, entre otros factores) tienen una especial incidencia en la ciudad de Ourense a tenor de los últimos datos divulgados por el Instituto Galego de Estatística (IGE), que concluía hace cuatro años que más de la mitad de los vecinos, un 52%, mostraba preocupación por esta cuestión, el porcentaje más alto entre las siete ciudades gallegas.

Sin embargo, mientras el resto de urbes ha ido adoptando alguna que otra medida para engordar el número de plazas con nuevos recintos o fórmulas como los parkings disuasorios, las distintas alternativas que se han puesto sobre la mesa en los últimos años en Ourense no han fructificado todavía, por lo que la oferta en varios barrios sigue soportando un elevado déficit, acrecentado, por ejemplo, en la zona de San Francisco, que ha visto como desde el pasado mes de marzo ya no dispone de las plazas que había en la estación de tren de San Francisco, mermando las alternativas de un barrio que, como ya señalaba el plan municipal de movilidad, soportaba una demanda muy superior a la oferta. El concurso licitado por Adif quedó desierto y el organismo estatal ya prepara otro procedimiento.


El caso del hospital


No muy lejos de San Francisco, llama la atención lo sucedido con el nuevo parking del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense, que 13 meses después de salir a concurso la gestión y cuatro después de su adjudicación a la empresa Saba sigue cerrado a cal y canto, con un cartel en el portón que avisa de "trabajos en los accesos". Las 423 plazas con las que cuenta servirían también de apoyo a un barrio como Mariñamansa en el que se han alzado voces por las dificultades para estacionar los vehículos.

Así lo hizo, por ejemplo, la Federación Limiar, que trasladó en septiembre de 2017 un informe al Concello que recogía una ambiciosa propuesta de aprovechar diferentes parcelas, públicas y privadas, para habilitar más de 1.600 plazas en siete localizaciones diferentes, entre ellas Mariñamansa y A Cuña, pero también San Francisco, Barrocás, la zona del Campus, A Carballeira, A Chavasqueira y O Couto.

Es en este último barrio, uno de los más populosos de Ourense, donde vecinos y comerciantes sufren especialmente la escasez de lugares para aparcar el vehículo. Aunque han sido varias las ocasiones en las que se ha puesto sobre la mesa la posibilidad de construir un parking subterráneo, por ejemplo, en el entorno de Os Remedios, no se conocen avances en el proyecto, lastrado por su proximidad al río. Las nuevas dotaciones como el edificio judicial y el centro de salud, unidas al concurrido pabellón municipal, han multiplicado la necesidad de hallar una solución.


Al otro lado del río


En el margen derecho del Miño, los barrios de A Ponte y O Vinteún también sufren la falta de aparcamientos, tanto en superficie como subterráneos, al disponer únicamente del que hay en la estación Empalme, una vez que quedaron desterradas las iniciativas para nuevas dotaciones entre las calles Xesús Pousa y Basilio Álvarez, cuyo proyecto llegó a adjudicarse, o en las antiguas naves de Tabarés.

El gran avance para esta zona es, no obstante, el desbloqueo del proyecto de la intermodal, que supondrá también la construcción de un nuevo estacionamiento bajo la plaza de la estación con 302 plazas, duplicando al actual y que también se convertirá en un alivio para los vecinos. El problema es que no será inmediato, ya que las obras aún no han comenzado y el plazo estimado es de 12 meses.


Universidad


El barrio de As Lagoas, donde durante el curso académico se concentran los universitarios en el Campus, también nota la ausencia de un aparcamiento en condiciones. Los promotores de la junta de compensación del solar de La Asunción llegaron a poner sobre la mesa un proyecto para realizar un parking de tres plantas, pero la delicada situación urbanística de esa zona, que precisaba de garantizar el uso del subsuelo público para los pasos de vehículos, llevó a dar marcha atrás a la empresa, que ahora ejecutará únicamente un garaje para los residentes de la futura urbanización que está proyectada y, en estos momentos, pendiente de la correspondiente licencia. 


El hospital, con la tarifa más baja del municipio


Las condiciones que ofrecen los diferentes parkings repartidos por la ciudad de Ourense no son ni mucho menos similares, oscilando el coste de la hora por dejar el vehículo estacionado en estos momentos un 140%, un porcentaje que se elevará al 188% cuando entre en funcionamiento el recinto situado junto al nuevo edificio de hospitalización, que aún no ha podido abrir sus puertas.

Mientras, tras las gestiones realizados por la Diputación con la concesionaria del parking Santa María Nai, este establecimiento ofrece el precio por hora más reducido de todo Ourense, con una tarifa de 0,90 euros, mientras que la gestora del nuevo parking del hospital la tendrá a 75 céntimos.

Fuera del entorno hospitalario, los lugares más baratos son el parking Pasarela, cerca de la avenida de Portugal, y el del Parque de As Mercedes, con 1,2 euros.Esta cantidad contrasta con la que hay que abonar por el mismo período de tiempo en la Alameda, donde crece hasta los 2,16 euros. Le siguen el el ranking de más costosos los estacionamientos de Juan XXIII, con 1,9 euros, o el de Concordia, con 1,75 euros. 


La ORA, la más cara de Galicia, aún en precario


Si en la dotación de nuevos aparcamientos subterráneos no ha habido avances en los últimos años, la gestión de los estacionamientos en superficie está también condicionada por la precariedad con la que opera el servicio de control y regulación, conocido coloquialmente como ORA, cuyo contrato venció en primavera de 2016 y que obliga a los usuarios a hacer uso de un sistema obsoleto que, además, tiene las tarifas más elevadas de las siete ciudades gallegas.

Aunque en varias ocasiones durante el presente mandato, el concejal de Tráfico, Carlos Campos, mostró optimismo con la posibilidad de licitar un nuevo concurso, nada se ha hecho realidad hasta la fecha, por lo que los parquímetros siguen siendo en muchas ocasiones un incordio para los conductores.

Así, por ejemplo, muchos lectores de tarjetas de crédito no funcionan, no se admite el pago a distancia por móvil, no hay lectores de matrícula de los vehículos o se obliga a introducir cantidades prefijadas de dinero. Por el máximo del tiempo permitido (dos horas y 14 minutos), hay que abonar 1,45 euros, el mínimo es 0,40 euros. 

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