Lucha contra el coronavirus

Los sanitarios comienzan a ver la luz con la segunda dosis

María José Cid, enfermera de Oncología, recibió ayer la segunda dosis de la vacuna.
photo_camera María José Cid, enfermera de Oncología, recibió ayer la segunda dosis de la vacuna.
La campaña de vacunación completará la inmunización de los profesionales de primera línea

La vacunación de los sanitarios de primera línea comenzó ayer con la administración de la segunda dosis, que le garantizará la inmunidad al 95% dentro de una semana. Tanto profesionales de Atención Primaria como de hospitalaria participaron en el inicio de la segunda fase de la vacunación, justo 21 días después de recibir la primera.

Leticia Cid, enfermera en la Unidad de Cuidados Intensivos del CHUO, fue una de las vacunadas ayer y se mostraba feliz por este logro que les aportará "máis seguridade" para desempeñar su labor con los pacientes más graves, tanto infectados por el virus como de otras patologías. "É a única esperanza de acabar con isto, que nos permita estar máis protexidos", cuenta Cid. 

La realidad de la pandemia se vive en cualquier zona del hospital, pero las UCI lo ven más de cerca con los pacientes más graves. Por ello, a los que reniegan de las vacunas, les dice que "este é o mundo que teriamos se non as houbese" y cree que debería ser "obligatorio" para toda la población, ya que es una garantía de seguridad para aquellos que corren mayores riesgos por su estado de salud. Cid tiene claro que el covid se quedará, pero espera "que non nos cheguen 20 contaxiados xuntos e que sexa como a gripe A ou a común", de las que todos los años se diagnostican casos y se controlan. Para ello es fundamental la vacuna.

Tomás Araújo, otro de los vacunados, pasó de estar trabajando como enfermero en el auto-covid a regresar a Urgencias, donde ayer mismo se encontraba en el área con pacientes infectados. "Vas con outra tranquilidade ao traballo porque nos atopamos en áreas de moito risco", reconoce este sanitario. Araújo solo desea que se inmunice cuanto antes a la población para "que isto pronto sexa unha historia do pasado".

El comportamiento de parte de la población, que incumple las normas de prevención, les afecta a estos sanitarios que cada día se ven las caras con pacientes gravemente afectados por el virus. "Nós que traballamos aquí tapados de arriba abaixo, sudando coma nunha sauna, ver iso non nos gusta", opina. A los que no se quieren vacunar, solo les dice que "non hai ningunha dúbida" sobre su seguridad.

Por pacientes y familiares

"Para mí fue muy emocionante, porque ya vemos la luz al final del túnel a lo lejos". Así recuerda María José Cid, enfermera de Oncología del CHUO, cómo fue el momento en el que recibió la segunda dosis. En su caso, más que por trabajar en la primera línea, se decide por el grado de riesgo de los pacientes oncológicos, inmunodeprimidos para los que infectarse de covid podría ser fulminante. "Te da miedo tu familia, pero también los pacientes", resalta. 

La seguridad de que, por tener la vacuna, no será vehículo de transmisión para su entorno, es un alivio para esta sanitaria. "Se prohiben las visitas, por el riesgo  de que se puedan contagiar, no queremos ser nosotros la entrada del virus para ellos", cuenta Cid. La vacuna es un escudo de protección extra junto a las mascarillas y todo el material de prevención que usan para atender a estos pacientes que necesitan una atención "especial", a los que conocen dado que, por su vulnerabilidad, suelen necesitar varios ingresos. 

Esta es una de las razones por las que no quieren ser un vehículo de contagio para ellos. "Los cribados que nos hacen, que los pedimos mucho, nos ayuda a trabajar con tranquilidad hacia ellos, pero también cuando regresamos a casa con nuestras familias", afirma.

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