EXPOSICIÓN - FOTOGRAFÍA

Sara Parrondo: "Mi padre vivió el cáncer como una roca"

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photo_camera Sara Parrondo y Antón Guerrero, creadores de "Rocha" (CEDIDA)

Una muestra de ocho fotos describe en el Trampitán las emociones de familiares de pacientes con cáncer a través del relato de una joven.

La madrileña Sara Parrondo supo lo que era ser una roca por su padre, que falleció de cáncer. "Nos llevaba al cine, a los bolos... Era una auténtica roca". "Rocha", en gallego, es el nombre de la primera exposición de esta estudiante de Medicina y de su novio, el fotógrafo ourensano y estudiante de diseño gráfico, Antón Guerrero. Él relató su historia a través de ocho fotografías que cuelgan en las paredes del bar Trampitán hasta el próximo 28 de febrero. El proyecto pretende ayudar a la Asociación contra el Cáncer de Ourense a través de huchas en las que los asistentes pueden realizar sus donativos.

"La exposición refleja un proceso individual. Son fotos sin etiquetar, sin nombre. Cada una de ellas refleja lo que sentía Sara con su padre, pero para otra persona puede significar otro sentimiento u otro proceso. Esa es la idea, que cada uno sienta algo llevándolo a su terreno", explica el ourensano Antón Guerra.

"Yo le he ido contando a Antón cómo me sentía. Rocha no son imágenes drásticas, son conceptos que te transportan a una vivencia. Todo este proceso a mí me ha ayudado a valorar cosas que antes no valoraba", señala Parrondo. "No hace falta mostrar la realidad del cáncer tan literalmente. Estas imágenes te transportan a conceptos que no buscan el morbo", añade Guerrero.

La "roca" que se refleja en esta muestra no es la del paciente, sino la de los familiares. "Es esa esencia moldeadora, el cáncer que va moldeando las vivencias de la familia", destaca Parrondo. "La exposición es diferente porque normalmente suelen centrarse en las vivencias del paciente, pero esta no. El público que ha acudido a ver las fotografías, muchos familiares de personas con cáncer, se ha sentido identificado", destaca el ourensano.

Es el primer proyecto que realizan estos dos jóvenes, que se conocieron en una residencia universitaria en Valladolid, donde realizan sus carreras. Al finalizar las clases el pasado verano, se embarcaron en una aventura cuya única meta es ayudar y hacer cómplices a otras familias de pacientes con cáncer.

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