Empleo

Se acabaron los lunes al sol

Se levanta el veto. Unos 20.000 trabajadores  ourensanos regresan a sus puestos, en sectores de la industria o construcción. Muchos vuelven con ganas renovadas por salir, de forma segura, del agotador encierro.

Es 14 de marzo otra vez. Al menos en el ámbito laboral. Desde hoy, y una vez finalizada la Semana Santa, trabajadores "no esenciales" regresan a sus puestos en un retorno que será progresivo y que traerá consigo una serie de medidas preventivas para evitar la propagación del coronavirus. Tras el "apagón" que decretó el Gobierno el pasado 30 de marzo, a muchos ourensanos les toca volver a la actividad. Y lo hacen con ganas. Pocas veces un lunes laborable se ha recibido con tanta alegría. En esta ocasión da igual que sea lunes. La opción de salir del confinamiento, de distraer la cabeza y de estar en otro entorno (especialmente aquellos que trabajan al aire libre) supone un estímulo. Sin olvidar el propio hecho de trabajar, cosa que muchos familiares y amigos todavía no pueden hacer.

“Estoy deseando salir a trabajar y tomarme un respiro de mi mujer"

Es el caso de Eu2020041300114989300genio Salgueiro. Encargado de una empresa de construcción y albañilería, se olvida del parón de dos semanas. Una buena noticia desde el punto de vista económico, porque las facturas no están en cuarentena, y también desde el personal. "Vamos a ver cómo se da la cosa porque tenemos bastantes trabajos contratados, pero mucha gente no quiere que vayamos a sus casas por precaución. Hasta que pase esto... tienen miedo. Y ese es el problema. Pero bueno, tenemos otros trabajos en viviendas vacías y vamos a empezar por ahí, a ver si va mejorando la situación", señala. Para este hombre, de larga trayectoria ya en el sector de la construcción, "la clave es que haya esa confianza. Sin ella, la gente no se va a atrever a que entremos en sus casas. Pero no me quejo, ojo. Nosotros de momento estábamos trabajando bien antes del parón. Como vamos por los pueblos, muchas obras son en segundas viviendas, donde no hay propietarios en estos momentos. Somos dos en la empresa y por las medidas de seguridad no hay problema, vamos bien equipados".

“Antes del parón ya cumplíamos con las normas de seguridad"

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A la obra vuelve también Rubén Rodríguez, pero de otro tipo. Este joven trabajador recupera el sitio que dejó hace dos semanas en la construcción del enlace de la A-52  y la N-525, que dotará al Polígono de San Cibrao de una arteria vital. En el equipo de trabajo de Copasa, Rodríguez destaca que "volvemos donde lo dejamos y no nos debería suponer un gran problema este parón de dos semanas. Yo, por lo menos, tengo ganas de volver. Estar entretenido, haciendo otras cosas, al aire libre además. Estas dos semanas de encierro las llevé más o menos, con agobio, pero tiene que ser así por la situación. Hay que comprenderlo".

Trabajo en cadena

No podrá disfrutar de las ventajas del aire libre Martín Fernández. Pero sí de los beneficios que percibe en salir de casa y mantenerse ocupado ejerciendo su labor en Cristalería Ramos. "Estoy preparado para este regreso tras estos días de parón, en casa, saliendo únicamente para lo necesario. Tal y como está la situación, ir a trabajar te da aire, salir a la calle, ver otro ambiente. Te saca de esta rutina. Yo trabajo en carga y descarga, empaquetando los cristales para transportarlos por las diferentes rutas que tenemos", explica.

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El uniforme de "faena" no es ninguna novedad para él. Cuando la crisis sanitaria incrementó su violencia, la seguridad pasó a ser una prioridad aún mayor. "Ya antes de que se decretase a suspensión de la actividad teníamos las medidas de seguridad recomendadas. Hay que tener cuidado, lavarse más las manos, tener el mínimo contacto con otras personas, que en mi caso es complicado a veces, y mantener la distancia de seguridad. También hay que ponerse en la piel de las empresas, que pueden tener que asumir pérdidas grandes si continúa esta situación. Y eso puede repercutir en el propio trabajador, que se puede quedar sin empleo", analiza Fernández.

“Muchos clientes evitan que vayas a trabajar a sus casas"

Entre los profesionales por cuenta propia, José Manuel Vázquez, que tiene un taller de carpintería en Coles. Y aunque su condición de autónomo le permitía cierta libertad, el trabajo tenía menos sentido con sus proveedores cerrados. "Si a un autónomo le permiten trabajar, pero sus distribuidores no lo hacen... es inútil y absurdo. Ya desde mediados de marzo se notó el bajón. Aquellos que te llamaban para encargos febrero, ahora prefieren esperar. Tengo bastante trabajo pendiente, a largo plazo, pero eso no quita que, con esta crisis sanitaria no estén saliendo trabajos nuevos", apunta Vázquez.

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Ninguno vive ajeno a la realidad. A la suya y a la de la sociedad. En esta ocasión no cuesta madrugar un lunes. Las ganas de salir del confinamiento y saber que hay un sueldo a final de mes ganan a los temores por exponerse en mayor medida un contagio. Se acabaron los lunes al sol para muchos ourensanos. Desde hoy, el trabajo vuelve a su rutina. No exactamente como antes del coronavirus. Pero por algo se empieza.

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