Secretos naturales de la montaña

Playa Fluvial del Cenza, en el corazón de Vilariño de Conso.
photo_camera Playa Fluvial del Cenza, en el corazón de Vilariño de Conso.
Vilariño de Conso y Viana do Bolo, dos de los municipios de la alta montaña ourensana, esconden entre su exuberante naturaleza paisajes de ensueño y lugares singulares de obligada visita para todo aquel que busque paz y sosiego como alternativa

La alta montaña ourensana guarda grandes tesoros en sus entrañas que ponen de manifiesto una gran riqueza paisajística y arquitectónica. Vilariño de Conso y Viana do Bolo, situados en el Macizo Central, son un buen ejemplo de ello. Imponentes bosques centenarios se enredan con ríos y arroyos cristalinos en los que la fauna autóctona del lugar sorprende a los visitantes. Ambos emplazamientos son de obligada visita para los amantes de la naturaleza, la serenidad y el buen comer. Son innumerables las riquezas que albergan, pero entre ellas es indispensable visitar las morrenas de Chaguazoso o el mirador vianés conocido como “Mirador do Sarito”. 

Playa fluvial del Cenza: Situada en el corazón de Vilariño, se presenta como una alternativa rodeada de naturaleza para disfrutar de la temporada estival. Cuenta con tres piscinas naturales, un parque infantil, una zona de merendero, un chiringuito o canchas para la práctica del tenis. La calidad de las aguas es excepcional, al igual que el ambiente, caracterizado por la tranquilidad y la presencia de familias.

Cascada Ola do Cenza: La parroquia de Castiñeira, en Vilariño, esconde esta maravilla natural que se ha convertido en los últimos tiempos en un enclave ineludible para los amantes del barranquismo. Superando los cuarenta metros de altura, cuenta con varias pozas naturales en su nacimiento que lo convierten en un lugar paradisíaco. 

Morrena de Chaguazoso: Este valle glaciar, situado en la aldea más alta de Galicia, permite viajar a quien lo visita más de 10.000 años atrás, a un tiempo en el que el hielo cubría la montaña. Está considerado uno de los espacios de esta índole más importantes de Europa y en él se puede apreciar con claridad una formación geológica imponente en la que queda palpable la fuerza de la naturaleza sobre el paisaje.

Mirador do Sarito: Situado en las entrañas del casco viejo de Viana do Bolo, este fascinante mirador permite divisar la inmensidad del embalse de O Bao, a los pies del municipio. En épocas de sequía, bancales, molinos o antiguos puentes emergen dejando al descubierto un patrimonio natural y cultural anegado por la construcción del embalse en el río Bibei, en el año 1960.

Torre do Homenaxe: Uno de los iconos vianeses por excelencia es esta fortaleza medieval que formó parte de un castillo que disfrutaba de foros y gobiernos propios. Superando los treinta metros de altitud y situada en el casco antiguo, se levantó alrededor del año 800 para la defensa contra los árabes. Actualmente alberga en su interior un museo etnográfico con secciones dedicadas a la arquitectura popular, al hogar, a la vida doméstica, a las técnicas ganaderas y agrícolas, a la artesanía y a los oficios tradicionales. 

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