La amenaza del coronavirus choca contra una serie de colectivos que permanecen en primera línea de fuego en la provincia, pero que sufren también las consecuencias de su exposición. Alrededor de 80 profesionales del área sanitaria han dado positivo o están en casa por ser sospechosos, según los datos que maneja la Comisión de Centro: en el caso de los farmacéuticos, son tres los que han dado positivo en COVID-19 en la provincia; en Correos, aunque no se ha detectado ningún caso, los profesionales viven con el temor del día a día, algo que sucede también con el sector del transporte, al que sigue sin llegarle las mascarillas pedidas.
"O material escasea, a xente utiliza o que agasallan, e aínda que algunas non pasen os requisitos da normativa, pero ante a necesidade... Vai habendo EPI (equipos de protección individual), pero polas instrucións que nos están a dar nótase que estamos chegando ao máximo", indica Fernando Rivas, presidente de la comisión de centro del área sanitaria.
El personal está adaptándose a los cambios, "co descontrol típico destas situacións, pero o persoal está colaborando. A xente está cansada, sobre todo os que están loitando en primeira liña, como medicina interna, urxencias, UCI e reanimación, que están a mil por hora nunhas instalacións que non están preparadas para isto".
Con cerca de 80 compañeros contagiados, "algo que non nos sorprende, porque esperabamos algo así", Rivas indica que lo que causa sorpresa es que "sigan sen querer facer analíticas a certos compañeiros". Insisten en que debería haber "certa preferencia" para ellos. "O servizo telefónico en Atención Primaria está funcionando moi ben, e ese bo funcionamento é o que que permite que estea aguantando todo o sistema", concluye Rivas.
Fuerzas de seguridad
Los policías integran otro colectivo de riesgo frente a la pandemia, al estar en contacto directo con la población y ser personas a veces muy expuestas a determinadas patologías por su modo de vida. Hasta ahora, un agente adscrito a la Brigada de Seguridad Ciudadana que había estado en marzo en Madrid dio positivo, sin complicaciones añadidas, y pasa la cuarentena en su domicilio. Hay otro ourensano afectado, pero prestaba servicio en A Coruña. El reposo lo guardó en su casa de la Baixa Limia.
El secretario del Sindicato Unificado de Policía en Galicia (SUP), Roberto González, valora que la Xunta los incluyera, a los pocos días de decretarse el estado de alarma, como colectivo de riesgo. "Así tenemos acceso a la prueba de manera prioritaria, como medida clave para descartar falsos positivos y evitar el confinamiento de compañeros por haber entrado en contacto con un caso confirmado, sin perder capacidad operativa , ya que nuestro servicio es esencial para el cumplimiento de las disposiciones derivadas del estado de alarma".
La Comisaría de Ourense fue una de las primeras de la comunidad en implementar medidas para minimizar el riesgo de contagio y la forma de proceder con detenidos y presos, con instrucciones concretas desde el 12 de marzo. Los agentes trabajan provistos de guantes de nitrilo y mascarillas, aunque éstas escasean y se asignan a cuentagotas.
En Ourense, los agentes se encargan de desinfectar los vehículos en que patrullan, un aspecto que critica el SUP, ya que les consta que hay empresas que se ofrecieron a hacerlo. También creen que no deberían ser ellos los que se desplacen a los controles fronterizos en Verín, ya que merma efectivos en las calles.
En la Guardia Civil, fuentes de la Unión de Guardias Civiles cifran en cuatro los positivos en la provincia, y varios agentes de la Policía Judicial en cuarentena. "Los medios son escasos y hubo instrucciones que no compartimos, como no usar mascarilla para no generar alarmismo o no acompañar caravanas de solidaridad".
Tres positivos en las farmacias, que no obligaron a ningún cierre
El personal que atiende al público en un servicio como la dispensa de medicamentos también está sufriendo las consecuencias de estar en primera línea de batalla. Según el Colegio de Farmacéuticos de Ourense, hay tres que dieron positivo en la provincia, aunque, al contrario que en otros puntos de España, esto todavía no ha obligado a cerrar ninguna oficina.
Mientras, siguen al pie del cañón personal de Ayuda a Domicilio, que ya tiene casos en Carballiño y la ciudad, y bastantes casos en estudio, debido a la falta de material, que los distintos concellos intentan paliar como pueden.
También hay temores en el sector de la alimentación, donde sindicatos como la CIG echan en falta test víricos para estas plantillas.
Centros de menores, con tensión in crescendo
Otro de los colectivos que está al pie del cañón son los trabajadores de centros de menores, como Monteledo, Montefiz y Montealegre. En el primero de estos centros ya hubo un positivo y otros tres trabajadores están a la espera de realizar el test y lamentan la falta de EPI " e o non reforzo da limpeza", desde el comité de empresa.
Además, estos trabajadores lidian con la creciente tensión por el confinamiento de los menores, "con ansiedade e tensión en aumento", con un conato de motín el pasado día 29. "Xa hai cinco educadores de baixa, de momento cubríronas coa bolsa de 10 educadores, pero como siga a este ritmo non haberá persoal suficiente".
La preocupación crece también en el personal de Correos, especialmente los que trabajan a pie de calle. "Actualmente hay servicios mínimos del 50%, pero creemos que deberían rebajarse", explica Amador Gómez, delegado de CCOO.
También han alzado la voz los gestores administrativos, que prestan un servicio esencial y que, según el Colegio de Gestores Administrativos de Galicia, tienen "miedo al contagio" al recibir a clientes para recoger documentación. n
