El secuestro de un indigente en Ourense puede costarle 7 años de cárcel

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photo_camera El registro efectuado tras las detenciones en la vivienda.
La víctima fue liberada por la Policía Nacional tras pedirle auxilio a una vecina del inmueble

El plan era secuestrarlo hasta que la familia entregase 300.000 pesetas (1.800 euros) por su rescate, pero se truncó cuando una vecina del inmueble de O Pino en donde estaba retenido escuchó sus gritos de auxilio desde la ventana. Por estos hechos, fueron detenidos el dueño de la casa y un amigo, Benjamín R.B. Solo irá a juicio el último porque el otro investigado falleció a los pocos meses.

En la vista, que se celebrará el lunes en la sala de vistas de la Audiencia provincial, la Fiscalía reclama una pena de siete años de cárcel por un delito de secuestro así como dos meses de multa, a razón de seis euros al día, por delito de lesiones. La víctima fue golpeada para que hiciera la llamada pidiendo el botín.

El perjudicado acudió voluntariamente con J.T.F., ya que le había dicho que no tenía donde dormir tras haber sobrepasado el cupo de noches del albergue de transeúntes. Esa noche no hubo problemas. A la mañana siguiente, cuando trataba de salir de la casa, se dio cuenta que no podía porque la puerta estaba cerrada con llave. Aguardó pacientemente  en el salón a que llegase el dueño del piso, que no apareció hasta la madrugada. Pronto se percató, según relató a la Policía, que estaba secuestrado cuando le dijo: "Te encerré para que llames a tu familia y le pidas dinero, sino no sales vivo de aquí". La víctima, que le había contado que su familia era conocida, se negó en todo momento. Su captor -asegura- se  marchó de nuevo de casa y lo dejó sin comida ni enseres personales.

El día de la liberación apareció en escena el ahora acusado, Benjamín R.B. El denunciante mantiene que participó en el secuestro porque los escuchó hablar en la cocina y que incluso le decía a Jesús: "Ese dinero tenemos que conseguirlo hoy, sí o sí, o a más tardar, mañana".

Más aún, el secuestrado mantiene que fue Benjamín quien le pegó el primer puñetazo y le dio un teléfono bajo una advertencia: "Llama a quien quieras pero consigue dinero si quieres salir vivo de aquí". La Policía Nacional puso fin al cautiverio poco tiempo después cuando los supuestos secuestradores salieron de la vivienda y lo dejaron encerrado. Se asomó a la ventana y gritó a una vecina, quien llamó a  la Comisaría de As Lagoas. Los agentes, ante la imposibilidad de abrir la puerta de la casa, avisaron a los bomberos, que tras acceder al piso por una ventana utilizando la autoescalera, cortaron con una radial los puntos de cierre de la puerta.

Jesús fue detenido en el exterior del edificio mientras que Benjamín R. B. fue interceptado en el barrio de Covadonga, un lugar que frecuentaba. La acusación pública también reclama una indemnización de 400 euros para el denunciante por las lesiones y 2.500 por los daños morales sufridos. 

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