Crónica

Bares, cafeterías o taperías no entienden la diferencia

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photo_camera Víctor Vázquez, Luz Rosendo, Marta González y Marcos Seara, hosteleros.

Aunque son los beneficiados y podrán abrir hasta las 23 horas, los restaurantes apoyan a taperías y cafeterías en su reivindicación: se sienten discriminadas y no ven base firme en la decisión de no alargar su horario de cierre.

Las reacciones de la hostelería a las sucesivas restricciones y alivios de la Xunta han circulado como una montaña rusa desde el inicio de la pandemia: de la confusión a la indignación, y de ahí a la comprensión, la resignación, la desesperanza o la alegría contenida ante las últimas desescaladas. 

Esta semana, no obstante, el ciclo vuelve a comenzar. Algo parecido a la confusión reina en la zona de Vinos: “No sé muy bien para qué sirve lo del CO2”, dice uno; “no me aclaro con los horarios”, dice otro; “¿qué diferencia hay entre las 21h y las 23h?”, añade un tercer hostelero. “Será que el virus sale durante estas dos horas”, ironiza Nuno Pereira, camarero del bar Fuentefría.

La polémica principal entre los propietarios de bares y restaurantes es, precisamente, la brecha que la Xunta ha abierto entre ellos: solo los locales con licencia de restaurante podrán abrir hasta las 23 horas, mientras que las taperías, bares y cafeterías habrán de recoger las mesas dos horas antes, como hasta ahora. “No me parece justo: nosotros también damos de comer”, señala Marta González, de la tapería O Acubillo, y destaca que se siente “discriminada”.

Para Luz Rosendo, de la vinoteca Acio, la situación es “muy dolorosa”, y Víctor Vázquez, de Porta da Aira, insiste en que se tendría que poder diferenciar “los cafés y bares en los que te tomas solo una cerveza y aquellos que tenemos cocina”.

Las quejas de estos locales no se dan en el vacío: los restaurantes, que a priori salen con ventaja de la situación, les apoyan en sus peticiones. Marcos Seara, de A Casa do Pulpo, celebra que podrá abrir hasta las 23h y servir cenas -“lo veo bien, para empezar a motivar a la gente y a la hostelería”, dice-, pero critica la decisión del gobierno gallego de diferenciar entre licencias. “Me parece mal, porque, a ver, si es una tapería en la que te puedes sentar, o una cafetería en la que no puedes usar la barra… cuál es la diferencia con un restaurante? Son cosas que se contradicen entre ellas”, reflexiona el hostelero.

Medidores de CO2

Sobre los medidores de dióxido de carbono para controlar la calidad del aire, todavía hay dudas. Se trata de un requisito para que los restaurantes puedan abrir hasta el toque de queda, y se podrá adquirir hasta el 23 de abril. “No sé qué aporta -comenta Vázquez-, aquí ya estamos ventilando siempre”. 

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En primera persona

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“Me parece una discriminación”, asegura Marta González, de O Acubillo. “No es justo -añade-, porque tanto todos damos de comer, formamos parte del mismo ramo”. “O todos o ninguno”, concluye.


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“Si en una tapería te puedes sentar, o si en una cafetería no puedes usar la barra… ¿cuál es la diferencia con un restaurante? Se contradicen”, destaca Marcos Seara, que gestiona A Casa do Pulpo y dos locales más.


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“En mi opinión -apunta Víctor Vázquez- deberían diferenciar aquellos cafés o bares a los que te vas a tomar una cerveza y los que tenemos cocina”. El gerente de Porta da Aira espera que todo pase en dos semanas. 


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“Me parece mal que tengamos que seguir cerrando pronto, con el tiempo que hace ahora. Yo no pedía tanto, solo abrir hasta las 22 horas… es muy dolorosa esta situación”, lamenta Luz Rosendo, de Acio.

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