SECTOR PRIMARIO

La sequía amenaza el futuro de los cultivos y explotaciones ganaderas de la provincia

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photo_camera Los fuegos afectaron también a la comida de los animales en Santirso (Maceda), cuyo futuro se complica.

Los animales cuentan con menos de la mitad del forraje normal, los pozos se secan y el agro teme un año todavía peor 

La sequía que vive la provincia desde ya hace más de un año pone en riesgo el futuro de explotaciones agrícolas y ganaderas de la provincia, que ven el riesgo de perderlo todo cada vez más cerca. "A chuvia segue sen chegar e está afectando no só aos embalses, senón ás masas forestais e cada vez máis ao abastecemento de auga", indica Servando Álvarez, director del Centro Agrogandeiro de Xinzo. El mes de noviembre, lejos de poner fin a la escasez de agua, está agravando el problema, con apenas 12 litros por metro cuadrado de precipitaciones este mes, una cuarta parte de lo que es habitual por estas fechas.

La recogida de productos agrícolas ya pasó, pero ahora los agricultores encaran la época de siembra, donde la sequedad de los terrenos ya se deja notar. "Na sementeira levantouse unha gran polveira; fai falta auga para o cereal de inverno, necesitan humidade na terra e a xermolación vai ser moito máis lenta", indica Álvarez.

Si persiste la ausencia de lluvias continuadas en las próximas semanas, estas plantas "van morrer de sede" y la cosecha de cereal de invierno (trigo, cebada o centeno) "non será boa". En concreto, en A Limia la gran apuesta es el trigo, pero la falta de agua amenaza con que "ou non nace, ou nacerá mal".

En la misma línea se manifiestan Serafín González, presidente de la Sociedade Galega de Historia Natural (SGHN), que cree que el cereal de invierno "vai sufrir" si no llegan ya las aguas.

Desde el Centro Agrogandeiro no solo se piensa a corto plazo, ya que confiesan que un diciembre y enero flojos en cuanto a precipitaciones, hará a los agricultores "plantexarse se plantar ou non o de primavera". Pero no solo es un riesgo para el cereal, sino que la patata y los productos de huerta van a tener un año "moi complicado" si perdura la sequía atroz, como consecuencia de las restricciones en el regadío, que ya se han dejado notar desde la activación de la alerta por sequía.

En el terreno agrícola no solo preocupa esta ausencia de agua, sino las temperaturas, "porque o cereal de inverno precisa de frío e os cultivos andan descentrados coa calor de outubro", dice Álvarez.

“IMOS SER A ÚLTIMA XERACIÓN"

La cara más dura de la fuerte sequía y también las fuertes heladas durante este año está en la ganadería. Es el caso de Samuel Formoso y su mujer, con dos explotaciones de 115 y 20 cabezas de ganado, respectivamente, en Gomareite (Vilar de Barrio) y Sarreaus. "Teño o pozo seco, é a primeira vez que ocorre. Levo desde primeiros de outubro coas cisternas para darlle ás vacas", relata Formoso.

Los animales se resienten. "Estoulle dando palla ás vacas por primeira vez. Nós tiñamos 350 bolos de silo e 150 de herba seca e agora apenas pasamos dos 100. Non sei como rematará isto, temos comida como moito para mes e medio. Sementei centeo, e en vez de segalo dareillo de pacer", añade Formoso.

El problema es que, aunque llueva, muchos prados "xa non van medrar", dice, porque las heladas "queimaron ata a raíz e xa non medra nada". Formoso es pesimista: "Estou convencido de que seremos a última xeración que viva do rural. Eu aos meus fillos xa lles digo que vaian fóra". También sufren las consecuencias en Santirso (Maceda). El ganadero Eloy González es claro: "Preocúpanos o lobo e o xabarín, pero o que máis nos preocupa é que nos van morrer de fame nos próximos meses".

FUTURO CON "MALA PINTA"

Dice González que este año recogieron "a metade dos bolos de herba de todos os anos", pero lo grave se cierne para el próximo año, ya que "o normal é que en setembro e outubro poidan comer sen lles botar nada, pero xa levamos tres meses gastando a forraxe reservada para o inverno, así que ten mala pinta o futuro". Los pozos están "secos" y tienen que llevar cisternas a los prados para que las vacas puedan beber. "O problema é que nin temos para encher as cisternas, a cousa está complicada", concluye. 

Un noviembre seco y sin visos de mejora en los próximos días

Los primeros 20 días de noviembre han registrado en Ourense 12 litros por metro cuadrado de precipitaciones, una inusual cantidad que no hace más que agravar la situación en los sectores que viven del rural. Si no se remedia en los 10 días que restan para finalizar el mes, algo que no indican las predicciones, la situación será la peor de los últimos años. Por ejemplo, en 2016 cayeron en este mes 96 l/m2; en 2015, 31,4; en 2014, 189,2; en 2013, 38, y en el mismo mes de 2012, 127,8 litros por metro cuadrado. Según Meteogalicia, las lluvias volverán el jueves, aunque de forma débil. 

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