La ciudad amaneció ayer cubierta de calima, el manto marrón de polvo sahariano que durante dos días embarró las calles de la provincia -y que se extendió por toda España-. No es la primera vez que este fenómeno se produce en Ourense: ocurre por el movimiento de los vientos de una borrasca que impulsa el aire del sur y arrastra consigo el polvo.
Pese a que este episodio terminó ayer al cubrirse el cielo de nubes, teniendo en cuenta futuras ocasiones, el Sergas emitió un comunicado alertando de los riesgos para la salud que conlleva respirar estas partículas, ya que las más pequeñas tienen la capacidad de introducirse en los pulmones y en el torrente sanguíneo. Además, entre otras medidas aconsejaron no practicar deporte al aire libre, sobre todo si es intenso, cerrar las puertas y ventanas para evitar que entre el polvo en los domicilios y usar máscaras y gafas en exteriores, sobre todo en el caso de la población sensible.
