Destacan entre sus compañeros por su curiosidad y se aburren por falta de estímulo en clases

Sesenta y cuatro niños con un intelecto superdotado estudian en colegios ourensanos

Alumnos estudiando en el colegio de O Couto, uno de los que acoge estudiantes superdotados.
El Equipo de Orientación Específico de Ourense a través de la Especialidad de Sobredotación Infantil diagnosticó, desde su creación en 1998, 64 casos de alumnos con altas capacidades intelectuales. Todos ellos reciben formación académica en 31 centros de enseñanza ourensanos, la mayoría de ellos públicos. De los 64 niños y jóvenes diagnosticados, 47 son varones y 17 mujeres. En las aulas, reciben una adaptación curricular ampliada y en los casos más excepcionales, 21, se les adelantó de curso.
Poseer un cociente intelectual superior a 130 es un registro al alcance de muy pocos. En la provincia de Ourense, 64 alumnos han sido valorados por la Especialidad de Sobredotación Intelectual del Equipo de Orientación Específico superando este índice que les considera como niños y jóvenes con altas capacidades intelectuales. Sus edades oscilan entre los 3 y los 18 años y cursan estudios escolarizados en 31 centros de la provincia en las diferentes etapas de Infantil, Primaria, ESO y Bachillerato.

La mayoría reciben formación en la enseñanza pública, la más implicada en atender a estos niños y 27 (el 87%) de los centros que acogen a estos niños son públicos. Destaca especialmente O Couto, un centro que ha sabido adaptarse bien a las exigencias de formación y de atención que deben recibir estos alumnos y que es, actualmente en la ciudad, el que cuenta con mayor número de estudiantes de estas características en sus aulas, con un total de cuatro niños sobredotados. Enfrentarse a un caso de estas características no siempre resulta sencillo. No todos los profesores están dispuestos a implicarse en trabajar con un alumno que se sale de la media porque el ritmo de trabajo que marcan es muy elevado. ’Son inquietos, curiosos y con frecuencia se aburren en las aulas despistándose porque no encuentran estímulo en lo que se trabaja en clase’, con estas palabras habla Marta, la madre de un niño de 9 años con una inteligencia alta y una imaginación desbordante. Opina que ’el sistema educativo no los tiene en cuenta y es una pena que la sociedad no aproveche estos talentos’.

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