Black Friday

Siempre ‘in Black': “Ya solo somos los probadores"

Ourense. 28/11/2019. Campaña de Black Friday en Ourense. En la foto la tienda de ropa Mia and Co, del propietario Francisco Hernández.
Foto: Xesús Fariñas
photo_camera Francisco Hernández posa en su tienda de ropa, Mia and Co. (Foto: Xesús Fariñas)
Francisco Hernández echa en cara la labor de las marcas: "A mí me obligan a poner los artículos a un precio, con los gastos que tengo, pero ellos en su web tienen el mismo precio y con promociones"

El Black Friday es más negro para los que ya han decidido echar el cierre. Es el caso de Mia&Co en la avenida de Portugal, en O Couto,  que sustituirá el lunes el cartel de Black Friday por el de liquidación. "La inversión en productos, muebles... ¿cuándo lo amortizo, si para que un negocio empiece a fluir hacen falta cuatro o cinco años?", lamenta  Francisco Hernández, tras echar el cierre de forma prematura. 

Nació en Hellín (Albacete), se crio en A Ponte y decidió hace tres años con su hermana dar el paso de montar una tienda de moda. "Era comercial, pero se me daba bien el diseño y ella me animó. El primer año y medio iba bien..." Hace dos meses tuvo que echar a su empleada:"Fue lo más duro de esta vida, era muy buena, madre, con dos niños...", explica. 

"El autónomo no está en proporción a lo que facturas. Son 370 euros, más un local de 800 euros, una empleada, el seguro antirrobo, la SGAE, la luz, el agua, el producto que tienes que pagar para que te lo manden..."

Costes pequeño comercio

Inicio de mes a menos 2.000


Empezar los meses con más de 2.000 euros en negativo es una losa demasiado grande. "Pagas por todo, no pagas por respirar porque no se dan cuenta. Consigo cubrir esos 2.000, pero ¿y de qué vivo yo? Y luego viene el trimestre del IVA si tengo beneficio y me quita lo que he podido ganar. Intentas conseguir una rebaja en el local, y nada. No quiero que me den dinero, solo que me dejen trabajar, porque pago por trabajar...". 

Hernández echa en cara la labor de las marcas: "A mí me obligan a poner los artículos a un precio, con los gastos que tengo, pero ellos en su web tienen el mismo precio y con promociones". Y con devolución gratis: "A veces nos sentimos como probadores de las marcas. Hay gente que viene, se lo prueba y la compra por la web. Y esa venta la pierdo. No puede ser que vendan al cliente final, si no, ¿para qué estoy yo?". Cree que la solución sería en que la central derivase las ventas a las pequeñas tiendas: "Tendríamos un pequeño beneficio, podríamos respirar". 

También la inestabilidad política o, sin ir más lejos, la climatología, han afectado en la decisión. "No hemos tenido verano, claro cuando empezó a venir un poco de calor yo ya tenía que hacer las rebajas porque tenía que pedir lo de otoño...", dice este comerciante. Se suma "que en el barrio están cerrando todos, y eso no atrae gente, se van al centro".  "Y las grandes cadenas ya hacen ocho periodos de rebajas al año, no podemos competir con eso, para mí es competencia desleal". 

 "Ahora dicen, vendré cuando lo pongas de rebajas. Molesta que haya gente que venga, regatee y pida un descuento. Cuando vas a pedir un café no lo haces, ¿por qué a mí sí?". Hay gente que valora el trato personalizado: "Me da pena por los más fieles, están tristes".

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