Alumnos de la provincia participaron en la III Olimpiada Galega de Química de ESO. Durante la mañana, realizaron las pruebas correspondientes separadas en dos bloques: uno de formulación y otro de problemas.

Siguiendo la estela de Alfred Nobel

Los exámenes se desarrollaron en la Facultad de Ciencias con una veintena de participantes. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
Pocas palabras cruzaban los alumnos al salir del aula.
Todo lo que salía por sus bocas era un resoplido cuyo significado era mucho más que el de expulsar un aire contenido durante el transcurso del examen. Significaba un 'xa foi', una descarga, un 'lo que me espera'. Pero en sus caras había también ilusión por la experiencia que acababan de vivir y que, por un momento, les trasladó a su futuro sistema universitario. En el conjunto de Galicia fueron 300 los participantes, mientras que en Ourense la III Olimpiada Galega de Química para alumnos de ESO contó con 20 alumnos procedentes de tres centros educativos. De ellos, 14 fueron estudiantes del Colegio Marista de la capital; tres llegaron desde el Vila do Arenteiro de Carballiño, y otros tantos del Pablo VI de A Rúa. Del total de alumnos que se examinaron en la Facultad de Ciencias del Campus, 17 pertenecen a cuarto curso y solo tres, a tercero.

Tanto el decano del Colegio Oficial de Químicos de Galicia (ente organizador de la Olimpiada), Antonio Macho, como los profesores que acompañaron a los alumnos, como los supervisores del examen, Iván Álvarez y Lucía Martínez, consideran que este tipo de iniciativas sirven para acercar la Química a los más jóvenes, aunque no vayan a dedicarse a ella en un futuro. No obstante, siendo una de las asignaturas que generan mayor temor entre el alumnado, los profesores confiesan que no ha sido necesario forzarles mucho para conseguir su participación en la Olimpiada. Así, mientras que en el colegio de A Rúa el profesorado escoge a los asistentes según las notas alcanzadas en Química en el curso anterior, en Carballiño el propio docente de la asignatura, Juan José Sanmartín, observó a sus pupilos y seleccionó a los tres que consideró mejores.

Las pruebas para escoger a los alumnos más brillantes en Química comenzaron a las 10.30 horas. A eso de las 11.45 horas abandonaban el aula para reponer fuerzas. Atrás habían dejado la primera parte del examen: la de química pura y dura, la de formulación. Media hora más tarde volvían a entrar para enfrentarse al segundo bloque. Por lo que los alumnos comentaron al concluir la prueba, alrededor de las 13.30 horas, ésta fue la peor. Cuatro problemas que parecieron atragantárseles, o así lo indicaban las caras con las que salían.

Los miembros del colegio químico mantienen que el nivel de los exámenes era similar al de otras ediciones, pero alguno de los profesores afirmó que la dificultad había subido un poco. Los tres mejores de cada una de las ocho sedes donde se celebraron las pruebas pasarán directamente a la final, que se celebrará el día 27 de mayo en Santiago. En ella participarán 75 alumnos que se irán completando por la calificación alcanzada.

Concluyó así una de las modalidades de participación en la Olimipiada, la individual. El otro método consiste en un trabajo compartido por centro, un proyecto integrado para fomentar la conciencia química en la actividad del día a día.

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