La Catedral acogió uno de los momentos centrales de la Semana Santa, anticipo de la Vigilia Pascual y los actos de esta mañana
Viernes y Sábado Santo, los dos últimos días del Triduo Saco, se celebraron en Ourense con la devoción de todos los años. Ayer, numerosos fieles participaron en la noche de ayer en la Vigilia Pascual, el acto más importante del año del rito católico, que presidió el obispo de Ourense, Leonardo Lemos, en la Catedral. Y el viernes, el Santo Entierro, que fue acogido por la propia Catedral ourensana debido a las condiciones meteorológicas.
El templo se llenó de velas, todas ellas encendidas con la llama del cirio Pascual -simboliza la resurrección de Cristo, después del dolor y el silencio vivido durante la procesión del Viernes Santo, que este año se celebró por el interior de la Catedral por la lluvia. Aún así fueron muchos los fieles que no quisieron perder la ocasión de rendir devoción y acudir a su cita anual en un día especialmente señalado.
Ya en la jornada del ayer, en la tarde noche, tuvo lugar la Vigilia Pascual en los diversos templos de la ciudad y del resto de las Diócesis. Esta constituye la vigilia más importante de la Iglesia católica: un canto a la Resurrección, el Sepulcro Vacío y, en definitiva, el Aleluya Pascual
En esta ceremonia, se bendice el fuego, el agua y la luz, y se entronifica el cirio pascual encendido, símbolo de la Resurección. En la Catedral, presidió el obispo, con quien celebraron miembros del cabildo y ayudaron, como durante toda la semana, los alumnos del Seminario Mayor.
Para la mañana de hoy en la ciudad, los actos continuarán con la procesión de la imagen de Santa María Nai desde su templo a la Catedral. Será a partir de las 11,30 horas cuando se celebre otro de los momentos centrales dentro de la Semana Santa y que servirá para poner el punto y final a unos días de fervor religiosos que, a pesar de las inclemencias meteorológicas, volvió a llenar la provincia de Ourense.
