'Buscaba unos personajes que me sirvieran para reflejar la realidad española al tiempo que hacía novela policiaca'. Fue así como nacieron los agentes Rubén Bevilacqua y Virginia Chamorro, los guardias civiles protagonistas de siete libros de Lorenzo Silva, los que lo han hecho más famoso entre el gran público.
Lo explicó ayer el autor durante su intervención en el Foro La Región, en el que presentó su última novela, 'La marca del meridiano', protagonizada por dichos personajes y que, además, recibió el premio Planeta 2012.
Bevilacqua y Chamorro 'están en mi cabeza desde 1994', aunque la primera novela no se publicó hasta 1998, según explicó Silva durante su intervención. Admirador de los grandes maestros de la novela negra, el autor se adentró en este género con la pretensión de que sus obras 'tuvieran que ver con mi realidad'. Por ello tomó como referencia la Guardia Civil, aunque sus protagonistas 'no sé si son los representantes típicos, ni me importa especialmente', pero sí que 'como personajes literarios son creíbles'.
Bevilacqua y Chamorro comenzaron a moverse por la realidad de los años 90, 'una España bastante satisfecha de sí misma, incluso un poco arrogante, que parecía que se comía el mundo', según recordó el escritor, y que han llegado a esta séptima obra en la que cuestiones como la corrupción o la moral están muy presentes, a pesar de que cuando la escribió (terminó en marzo de 2012) no había la misma preocupación social que existe hoy. 'Pero la corrupción estaba latente como consecuencia de unos años sobre los que debemos reflexionar', precisó el ponente, aseverando que 'fuimos más rápidos en crecimiento económico que en el fortalecimiento cívico de la sociedad'.
Más en detalle sobre la historia de 'La marca del meridiano', Lorenzo Silva explicó que las primeras piezas de la novela 'empecé a unirlas en 2004', si bien su elaboración fue muy larga. 'Tardé mucho tiempo en escribirla porque soy muy maniático: no me importa esperar hasta tener todo lo que me hace falta', señaló. En este caso quería tener un mejor conocimiento de Cataluña y de la relación entre los Mossos d'Escuadra y la Guardia Civil, sobre los que muestra que, aun en un ambiente adverso o perdido en conceptos abstractos, cuando hay problemas de verdad, siguen colaborando. También pudo conocer mejor el servicio de asuntos internos de este cuerpo y 'cómo corrige y erradica la corrupción en su seno', si bien precisó que , sobre este último aspecto precisó que en los cuerpos policiales españoles hay mucha menos corrupción que en otros países.
Bevilacqua y Chamorro 'están en mi cabeza desde 1994', aunque la primera novela no se publicó hasta 1998, según explicó Silva durante su intervención. Admirador de los grandes maestros de la novela negra, el autor se adentró en este género con la pretensión de que sus obras 'tuvieran que ver con mi realidad'. Por ello tomó como referencia la Guardia Civil, aunque sus protagonistas 'no sé si son los representantes típicos, ni me importa especialmente', pero sí que 'como personajes literarios son creíbles'.
Bevilacqua y Chamorro comenzaron a moverse por la realidad de los años 90, 'una España bastante satisfecha de sí misma, incluso un poco arrogante, que parecía que se comía el mundo', según recordó el escritor, y que han llegado a esta séptima obra en la que cuestiones como la corrupción o la moral están muy presentes, a pesar de que cuando la escribió (terminó en marzo de 2012) no había la misma preocupación social que existe hoy. 'Pero la corrupción estaba latente como consecuencia de unos años sobre los que debemos reflexionar', precisó el ponente, aseverando que 'fuimos más rápidos en crecimiento económico que en el fortalecimiento cívico de la sociedad'.
Más en detalle sobre la historia de 'La marca del meridiano', Lorenzo Silva explicó que las primeras piezas de la novela 'empecé a unirlas en 2004', si bien su elaboración fue muy larga. 'Tardé mucho tiempo en escribirla porque soy muy maniático: no me importa esperar hasta tener todo lo que me hace falta', señaló. En este caso quería tener un mejor conocimiento de Cataluña y de la relación entre los Mossos d'Escuadra y la Guardia Civil, sobre los que muestra que, aun en un ambiente adverso o perdido en conceptos abstractos, cuando hay problemas de verdad, siguen colaborando. También pudo conocer mejor el servicio de asuntos internos de este cuerpo y 'cómo corrige y erradica la corrupción en su seno', si bien precisó que , sobre este último aspecto precisó que en los cuerpos policiales españoles hay mucha menos corrupción que en otros países.
