Rómulo, uno de los sobrinos de Edilma Martines, la brasileña de 50 años fallecida en el incendio ocurrido el sábado 7 en un piso del barrio de Covadonga, llegó el sábado a Ourense para tratar de repatriar el cuerpo de su tía. Este veinteañero, que habitualmente vive en Brasil, residió durante un año en la ciudad de As Burgas con su tía cuando aún era adolescente. La llegada del joven fue costosa para la familia: en un primer momento se vieron sin recursos para financiar su billete de avión y la posterior repatriación del cuerpo. Sin embargo, entre aportaciones de familiares más lejanos y amigos, recaudaron lo suficiente para el viaje.
Ahora, aún sin asimilar la tragedia, pasará 20 días en Ourense, para realizar todos los trámites necesarios. El objetivo es llevar el cuerpo a Itacamará (Pernambuco, Brasil), la localidad natal de Edilma. Rómulo acudirá hoy al Juzgado de Instrucción 1 para comenzar con el proceso. Otras familiares irán también, acompañados por la policía, para entregar algunos enseres personales al sobrino de la fallecida.
Antes del trágico suceso, el viernes por la noche a través de videollamada, tía y sobrino mantuvieron una conversación. Querían organizarse para que Rómulo pudiese volver a España para poder ir a la universidad y empezar una nueva vida. Tenía la idea de hacer un doctorado sobre patrimonio cultural. A Edilma le gustaba descubrir nuevas culturas: “Me enviaba cartas desde España y siempre decía que quería que viviera otra realidad diferente a la mía. En 2009, me llevó de vacaciones para conocer y ver si me adaptaba al lugar. En 2011 ya me llevó a vivir a Ourense con ella, pero solo estuvimos un año; regresó a su país porque quería cuidar a mi abuela”, reconoció poco después del suceso. Cuando sucedió el incendio, acababa de regresar de Brasil hacía apenas tres semanas y se instaló en casa de Valentina.
El hijo de esta última, Jorge, acudió desde Venezuela a Ourense la pasada semana para realizar la repatriación.
La posible causa: un cortocircuito en un ladrón de la habitación
Por el momento, ningún familiar de la fallecida fue informado de las causas que provocaron su muerte. Pero, fuentes de la investigación, aseguran que se trató de un cortocircuíto, posiblemente en un ladrón que quedó enchufado aquella noche en el dormitorio. Al saltar alguna de las chispas, pudo prenderse al resto de la instancia.
La autopsia de Valentina y Edilma concluyó que ambas mujeres fallecieron por asfixia por la inhalación de gases tóxicos como el monóxido de carbono y posteriormente sus cuerpos sufrieron quemaduras.
