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Soledad o actividad económica, entre los principales desafíos de la ciudad

Panorámica de la zona histórica, con grúas de construcción (ÓSCAR PINAL).
photo_camera Panorámica de la zona histórica, con grúas de construcción.

Pérdida de población o envejecimiento, lastres para un Ourense que ha logrado reducir la tasa de paro en los últimos años

A las puertas de la configuración de una nueva Corporación municipal en Ourense, los representantes elegidos por la ciudadanía para conformar el próximo gobierno que rija la ciudad durante los próximos cuatro años cuentan con una completa radiografía hecha pública por el Instituto Nacional de Estadística del estado de la ciudad, un análisis de los principales indicadores urbanos y socieconómicos de las principales ciudades de España.

La evolución de los datos de Ourense señalan importantes desafíos que afrontar en el próximo mandato, ya que ha habido una evolución dispar en los últimos años, con buenas noticias en escenarios como la tasa de desempleo, que se ha reducido de un 22% a algo más de un 15% o una mejora en la captación de turistas, que pese a algunos vaivenes está remontando y situándose en registros de récord.

Sin embargo, aparecen también sombras a corregir, que si bien no son exclusivas de Ourense, que presenta similitudes con el resto de ciudades del Noroeste, sí afectan en mayor grado. Así, por ejemplo, la soledad o la caída de la tasa de actividad se convierten en dos de los principales desafíos que deberán afrontar los responsables políticos.


Retos


Con una edad mediana rozando los 48 años, el envejecimiento y la emigración han llevado a que la población entre los 15 y 64 años, la llamada a ocupar los puestos de trabajo y cotizar para sostener el sistema de pensiones, sea ya poco más del 62%, un registro que en el Noroeste español solo es más elevado que Ferrol y Gijón, en el entorno del 61%.

Así, la tasa de actividad de Ourense, situada en el 51,74% se ha ido reduciendo paulatinamente pese a la disminución del desempleo, siendo una de las más bajas del Estado.

Tampoco debe perder de vista la clase política el problema de la soledad, como están alertando recurrentemente organismo como la Cruz Roja, un reto asociado al envejecimiento que provoca que prácticamente uno de cada tres hogares de la ciudad sean unipersonales (31,26%), un porcentaje que en Galicia solo es superado por Ferrol.

Una vía para combatir la despoblación pasa, según los expertos, por atraer más inmigrantes, para así revertir la disminución que los extranjeros suponen para el censo ourensano, que ha pasado del 5,17% de hace una década a estar por debajo del 4,8%.

El declive demográfico de la provincia, aunque en menor medida, también se da en la ciudad de Ourense, que a diferencia de otras localidades, ha perdido habitantes sin excepción durante la última década, aunque mantiene con holgura los 100.000 habitantes.

Por el contrario, sí parece percibirse un incremento de la renta media anual por habitante, que con datos de 2017 se situaba en 11.682 euros, casi 400 más que el año anterior.

En la misma línea, la renta media de la que disponen los hogares ourensanos también está al alza. En la misma comparativa, ha pasado de los 25.678 euros de hace un lustro a superar los 27.700 euros. 

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