La ordenanza de mejora de la accesibilidad quedó ahora sin efecto por la anulación del Plan Xeral

Sólo ocho edificios antiguos instalaron ascensores en 2011

El barrio de O Polvorín, en primer término, es uno de los que registran más edificios de este tipo (Foto: JOSÉ PAZ)
La mejora de la accesibilidad en los edificios de la ciudad era el espíritu de la ordenanza que entró en vigor a principios de octubre de 2010 con el objetivo de facilitar la instalación de ascensores -incluso exteriores-, construir rampas y plataformas elevadoras, en aquellos inmuebles con la edificabilidad máxima agotada.
En definitiva, el objetivo era hacer más llevadero el día a día de los vecinos de la ciudad que residen en edificios antiguos. Sin embargo, más de un año después de la entrada en vigor de esta norma, el departamento de Urbanismo del Concello sólo contabiliza ocho ascensores instalados en la ciudad al amparo de la misma. Ninguno de ellos en la fachada.

La cifra, sin embargo, tiene truco. Según señalan fuentes municipales, la normativa, aprobada como parte de la del Plan Xeral de 2003, quedó en el aire cuando éste fue anulado, el pasado marzo. Las mismas fuentes señalan que volverá a estar en vigor cuando se incorpore al plan vigente en la actualidad, el de 1986. En este sentido, el Concello ya aprobó en pleno la modificación de la normativa de este documento para incluir esta y otras ordenanzas y lo único que falta para que vuelva a poder aplicarse es la aprobación definitiva por parte de la Xunta.


EN LOS BARRIOS

A priori, los cálculos municipales señalaban que un tercio de los edificios de la ciudad podrían verse beneficiados por esta ordenanza, sobre todo, los construidos en los años 60 en barrios como A Carballeira, O Polvorín y Covadonga, así como los del Casco Histórico.

Lo novedoso de la ordenanza era que consideraba la construcción de una rampa, una plataforma elevadora o la instalación de un ascensor como una obra de acondicionamiento, de forma que no supondría un incremento de la edificabilidad o aprovechamiento urbanístico. Así, los edificios que ya habían agotado la edificabilidad máxima podían ver mejorada su accesibilidad si sus propietarios lo deseaban.

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