Tribunales

“Solo le hice cosquillas", dice un acusado de agresión sexual en Carballiño

José Antonio F.B., durante su declaración en el juicio en la Audiencia Provincial (POOL).
photo_camera José Antonio F.B., durante su declaración en el juicio en la Audiencia Provincial (POOL).
La víctima se derrumbó en el juicio al relatar los hechos: “Temía que me matara y no ver más a mi hija"

“No la penetré, no le hice nada. Se tiró sobre la cama porque estaba cansada y solo le hice cosquillas en la cintura para que se levantara. Se fue riendo a carcajadas hacia el salón". Con este argumento se defendía ayer un vecino de Carballiño, José Antonio F.B., en el juicio que se siguió contra él en la Audiencia como presunto autor de un delito de agresión sexual a su empleada de hogar, por el que el ministerio fiscal y la acusación particular le pide 10 años de cárcel e indemnizaciones de hasta 24.000 euros.

Los hechos enjuiciados se remontan al 19 de junio del 2017, cuando la víctima acudió a realizar la limpieza a la casa del acusado, tarea que realizaba desde noviembre del 2016. En la vivienda estaban los dos solos y  ambos solo coincidieron ayer en que se llevaban bien, que él estafa fumando y que hablaron sobre el estado de  su rodilla, dado que acababa de operarse. A partir de ahí, las versiones son totalmente distintas. 

La víctima reconoce que se tumbó hacia atrás en la cama -estaba cansada- mientras esperaba a que él le entregará unas sábanas nuevas. El acusado sostiene que se las dio, le ayudó a extenderlas y, en un momento, la mujer se tumbó y le hizo cosquillas para que se levantara. Pero este último argumento  lo negó la empleada de hogar,  que se derrumbó en la Audiencia al recordar  los hechos. "Me agarró  y me metió la mano bajo el sujetador y me tocó las partes intimas. Me decía: 'Estas muy morena, tengo que volver a sentir a una mujer", explicó la víctima, puntualizando que comenzó a forcejear con él. "Creí que estaba de broma y le insistí: 'José no me hagas esto. Esto no me lo puedes hacer a mí", lamentó.

Según la perjudicada, el imputado cesó en su ataque. "No creía lo que estaba sucediendo porque comencé a trabajar para él cuando tenía el ánimo por el suelo a causa de su separación. Le daba fuerzas, pero no sé qué le pasó", añadía. 

Tras el ataque sobre la cama, según declaró la víctima, el acusado le instó a continuar haciendo la cama. "Él se llevó las sábanas que acabamos de quitar y continué con la limpieza, pero cuando salía hacia el salón, me dio empujones hasta que me tiró sobre el sofá", relataba entre sollozos la trabajadora, recordando que la inmovilizó con las rodillas y con una mano mientras con la otra le bajó la malla que llevaba puesta. "Me retiró las bragas y me penetró durante un corto espacio de tiempo. Después comenzó a masturbarse hasta eyacular sobre una mano y la alfombra. Me dijo: 'Esto ya lo limpio yo".

La empleada de hogar,  a preguntas de la fiscal, aseguró que se fue directamente a la cocina a meter la cabeza bajo el grifo de agua. "Estaba llena de sudor". Después continuó con la limpieza, pero solo unos minutos, dado que abandonó la casa. "Cogí miedo y no tenía previsto denunciarlo. Temía que me matara y no ver más a mi hija", repetía. La víctima confesó parte de los hechos -silenció la penetración- a unos amigos, que junto con ella pidieron explicaciones al acusado. Este accedió a reunirse con ellos en un bar.  "Creí que me reprochaban por haberle hecho cosquillas", aseguró José Antonio F.B. En el bar también estaba la víctima, que sufrió un ataque de ansiedad. Sus conocidos la llevaron a un centro sanitario donde confesó agresión sexual.

Fiscalía y acusación particular mantuvieron las peticiones de condena, mientras el abogado del acusado pidió la libre absolución por falta de pruebas. 

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