VIVIENDA - OURENSE

El stock de pisos de alquiler cae un 60 por ciento en la ciudad en 15 meses

ma_2018_10_06_1771_result
photo_camera El mercado de alquiler de la ciudad, cada vez más complicado.

Por arrastre, la escasez de la oferta y la subida de los precios tensionan el mercado de concellos como Barbadás y San Cibrao

En una ciudad con aproximadamente 14.000 viviendas vacías, el ourensano medio tiene cada vez más problemas para encontrar un piso de alquiler que se ajuste a su nómina. Y es que en un contexto paralelo al de las otras ciudades gallegas, la bolsa de pisos para arrendar en Ourense mengua de mes en mes. Atendiendo a los datos proporcionados por la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein), en octubre se encuentran para alquilar unas 400 viviendas en la ciudad, de las que 340 están situadas en el casco urbano. Hace 18 meses, la patronal cifraba en un millar el stock de viviendas buscando inquilino en la capital provincial, lo que marca un bajón del 60%, 21 puntos por encima de Galicia.

"Los pisos que llegan los alquilo", dice Fina Varela, de la inmobiliaria Varela's. "Hay muy poquito piso bueno libre", remarcan al alimón otras dos fuentes del sector inmobiliario de la ciudad. "Y la situación va a peor", coinciden todos. Poca oferta y mucha demanda, en un mercado sin regular, ha terminado calentando los precios. Hay consenso en situar en umbral de los 450-500 euros el importe mensual del alquiler en el centro de la ciudad, "cincuenta euros más que hace un año". ¿Irá a más? Fegein estima que los precios se han estabilizado, de momento.<p></p>


Factores y consecuencias


Sueldos bajos, cambio de mentalidad, la resaca de la crisis... en el sector, la explicación al brutal afeitado del stock de pisos para alquilar es multifactorial. Pero las consecuencias son palpables: la subida de los precios empujó a muchos ourensanos fuera del centro y semi-centro de la ciudad. Y esto ha acabado por tensionar el mercado de alquiler de las limítrofes Barbadás y San Cibrao. "En A Valenzá -cuenta Benito Iglesias, presidente de Fegein-, cada vez es más complicado encontrar piso. El stock en este concello se ha reducido desde el arranque de 2017 en otro 60%". Eso sí, dando la razón a lo que los expertos llaman impacto asimétrico en el mercado, al margen de la ciudad y su tirón de influencia, el escenario apenas se agita. "En los otros 89 concellos ourensanos todo sigue igual. Lo cual también revela muchas cosas", recuerda Iglesias. 


Otro nubarrón para el alquiler: los pisos turísticos


La eclosión del fenómeno de los pisos turísticos ha agitado todavía una pizca más el horizonte del mercado de la vivienda de alquiler en las ciudades gallegas y localidades de más de 5.000 habitantes, contribuyendo de forma decisiva a reducir el stock de pisos, atendiendo a los expertos del sector inmobiliario. Según Fegein, si en 2017 había unas 7.000 viviendas para arrendar en el mercado de comercialización en Galicia, al cierre del tercer trimestre de este año la cifra se había reducido hasta las 4.300 (un 39% menos). Ahora mismo en Santiago de Compostela hay más pisos turísticos disponibles que para alquiler tradicional", señalan desde la patronal de inmobiliarias gallegas, que a su vez destaca cómolos precios, tras sufrir un fuerte incremento en los últimos trimestres, se han estabilizado. "Incluso - matizan desde Fegein- percibimos un ligero descenso de los precios, sobre todo en las zonas costeras de Pontevedra, Coruña y Lugo (las que más habían subido)". 


"Ahora es más rentable comprar"


Los precios de los alquileres han subido, pero la capacidad adquisitiva de los ourensanos es la misma. O pica hacia abajo. "Cada vez me encuentro con más historias con las que se me cae el alma a los pies -se sincera Benito Iglesias-. Familias con niños pequeños, que buscan piso, pero con su renta solo encuentran opciones pésimas...los desviamos a servicios sociales; es muy complicado". 

Con el mercado fijando precios en la ciudad "inasumibles para las rentas medias y medias bajas", según Iglesias, las economías familiares se resienten en Ourense. Y mucho. "A este paso, como siga así la cosa, acabaremos como en Madrid, compartiendo varios trabajadores un mismo piso. Los sueldos no dan", destaca Fina Varela, que lanza al aire una segunda reflexión: "Ahora mismo sale más rentable comprar que alquilar". Pero, tal y como recuerdan varios compañeros del sector inmobiliario, para lanzarse a una hipoteca es necesaria una estabilidad laboral que choca frontalmente con un contexto de empleos cada vez más precarios. "El 90% de los jóvenes menores de 30 años no puede comprar una vivienda. Y hasta un 45% ni se puede plantear el alquiler", recuerda el presidente de Fegein, que dibuja también otro perfil que sufre en el actual mercado del alquiler: "Mayores de 50 años con estrecheces económicas. Va en aumento. Y ahí, el panorama es desolador". En el sector se apunta a otro factor que revolotea sobre el recalentamiento del mercado: los cambios introducidos por el anterior Gobierno del PP en la Ley de Arrendamiento Urbano -la duración obligatoria de los contratos de alquiler pasó de 5 a 3 años y la prórroga de 3 a 1 año-. "Se redactó en un contexto de crisis, buscando flexibilizar el mercado. Pero ahora, en este 2018, cuando ha empezado a tocar renegociar los contratos llegan los problemas. El propietario, en un mercado libre, busca maximizar sus beneficios, y muchas veces el actual inquilino no alcanza", cuenta Iglesias.  

Te puede interesar