Suben el menú del día y el gasto en las cocinas del CHUO y de los colegios

Comer fuera de casa es cada vez más caro, y en algunos casos, por menos cantidad y calidad. La reduflación (el proceso en que los productos se reducen en tamaño o cantidad mientras el precio aumenta) llega también a los platos. Suben tanto los menús del día en bares y restaurantes de la ciudad, como los presupuestos de los comedores escolares y las cocinas del CHUO. Los hosteleros ourensanos no pueden seguir asumiendo pérdidas y ya han subido o están estudiando subir el precio del menú. María Dotel ha tenido que subir su plato del día dos euros en dos años en su local del Casco Vello, María Tapas. “Ahora lo tengo a diez euros, pero no tiene margen de ganancia. Lo piden, sobre todo, turistas y peregrinos”, explica. También en el restaurante Charro Mex han tenido que encarecer el menú de mediodía. “En julio lo subimos 60 céntimos porque no nos salían las cuentas. Ahora está a 11,50 y viene menos gente. Estuvimos asumiento sobrecostes desde marzo”, reconoce la encargada, Alba Brañas. En A Taberna do Perico están estudiando subir el precio del plato del día, que mantienen a 12 euros. “La lechuga te sube 30 céntimos; el tomate, 60; la cebolla, también un poco. Es difícil cambiar los precios porque no puedo gastarme 250 euros en hacer otra carta”, dice el dueño, Perico Fernández. El CHUO aumentó un 25% el presupuesto en alimentos para mantener el protocolo de sus menús, según asegura Antonio Pazos, jefe de la sección de cocina del área sanitaria. “Elaboramos desayuno, merienda, comida y cena para entre 750 y 800 pacientes diarios, que pueden elegir entre cuatro primeros, cuatro segundos, cuatro guarniciones y cuatro postres”, explica Pazos, que asegura que ofrecen cordero una vez a la semana y ternera, todos los días. “La fruta, la carne, los triturados y las compotas las tenemos en concurso, así que los compramos a un precio estipulado con anterioridad que no se puede variar. En cambio, el aceite y el cordero nos lo han subido un 30% “, indica. La inflación hace que algunos menús escolares dejen mucho que desear, según denuncia José Antonio Álvarez, presidente de la Federación de ANPAS de Ourense, que asegura que se ha reducido la calidad y cantidad de comida, sobre todo la que ofrecen las empresas de cátering contratadas por la Xunta. “Si en su contrato tenían estipulado x euros por alumno y ahora todo es más caro, pues ofrecen arroz con dos guisantes o pasta casi sin atún”, explica. En los comedores escolares que gestionan las ANPAS, aumentaron el presupuesto diario por alumno de 4,85 a 4,96 euros. “Comen salmón, palometa, bacalao, chipirones y merluza. Solo les damos un frito y un rebozado al mes”, afirma.