Reportaje

"El suicidio se puede evitar con un tratamiento a tiempo"

Agentes policiales durante el último suicidio consumado en la ciudad, este lunes.
photo_camera Agentes policiales durante el último suicidio consumado en la ciudad, este lunes.
La tendencia de los últimos años fue a la baja, pero tras la pandemia se detectó mayor incidencia

El suicidio es un tema del que hay que hablar. Los expertos en la materia concuerdan en que no debe ser un tabú, sino tratarlo de manera constructiva. Se debe hacer siempre en clave de prevención porque “si lo que se dice es psicoeducativamente adecuado va a ser bueno y puede ser de ayuda”, explica Luis Docasar, jefe de la Unidad de Psiquiatría del CHUO. Es necesario combatir el efecto llamada de internet, “acabar con las páginas que lo fomentan, publicaciones escritas con maldad, con psicopatía. No son pocas y es un problema que existe, como ocurre con la anorexia o temas de drogas”, afirma el psiquiatra.

El lunes un hombre de 60 años se suicidó precipitándose desde el balcón del hotel Carrís de la calle Cardenal Quevedo.  Un caso que se ha repetido en más de una ocasión en la ciudad desde que comenzó la pandemia, sobre todo los intentos de cara al público. El jefe del Instituto de Medicina Legal (Imelga), Julio Jiménez,  señala que “la media de los últimos últimos años, especialmente en Ourense, tiende a la baja -46 casos en 2017, 40 en 2018 y 34 en 2019-, pero es cierto que estos días tuvimos una ‘racha’ que, además, fue más llamativos”. Se corresponden con cerca de seis precipitaciones, es decir, ejecutados de cara al público y no en la intimidad del hogar. Los ahorcamientos, sin embargo, continúan siendo la principal forma de quitarse la vida. 

Un problema detectable

La gran mayoría de personas que consuman el suicidio padecían  un transtorno depresivo  o una patología similar. Por otra parte, los de carácter pasional son más bien anecdóticos. El médico forense señala que, además, “muchos de los casos son gente mayor que se desespera por la enfermedad que padecen, creen que van a ser una carga o un sufrimiento”, un punto sobre el que afirma es necesaria una intervención desde el ámbito sanitario.  Sobre  esto, Luis Docasar afirma que “con una buena accesibilidad a los servicios de salud mental, la cosa puede cambiar. Si tu atiendes una depresión leve, no acaba en suicidio. No puedes atender algo hasta que no lo detectas, igual que otras enfermedades”. En este sentido el entorno de la persona con tendencias autolíticas tiene mucho que ver: “Así como estamos atentos cuando empeoran los síntomas de una persona que tiene catarro, debemos estar un poco alerta en cuanto a las personas de nuestro alrededor que padecen algún tipo de enfermedad psiquiátrica o psicológica”, explica el jefe de psiquiatría. Expresiones como “la vida ya no tiene sentido para mí”, pensamientos de desaparición, verbalizaciones como “soy una carga” o “es mejor no estar” u otro tipo de manifestaciones en ese sentido deben generar una alerta. “Si el paciente lo dice en un centro de salud va a ser oido, sin embargo, en un entorno familiar si no lo toman en serio la propia persona no le va a dar la importancia necesaria”, indica Docasar. 

Una vez detectados los síntomas y siempre que aparecen este tipo de pensamientos hay que someterlos a una valoración. No quiere decir que vaya a recibir inmediatamente el tratamiento  más fuerte del mundo, pero sí es necesario verlo pronto y reevaluar lo que está sucediendo”, señala el psiquiatra.  En los casos de depresiones más avanzadas, se les dará atenciones más intensivas a lo que está debajo.

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