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"El suicidio se puede prevenir, debe dejar de ser silenciado"

Amparo González,Marina González y Teresa Reijas, en la unidad de prevención de suicidios (MARTIÑO PINAL).
photo_camera Amparo González,Marina González y Teresa Reijas, en la unidad de prevención de suicidios (MARTIÑO PINAL).
Las profesionales de la Unidad de Prevención del Suicidio llaman a la sociedad a concienciarse

"El suicidio se puede prevenir, hagamos que deje de ser una muerte silenciada". Esa es la consigna que los profesionales que trabajan en Ourense para prevenir una de lasp rincipales causas de fallecimiento de la población, aprovechando la conmemoración del Día mundial para la prevención del suicidio. 


Señales de alarma


Si alguien ve a algún allegado que actúa de un modo extraño, amenaza con dañarse; habla o escribe sobre la muerte; expresa sentimientos de desesperanza, ira, rabia o venganza; incrementa el uso de alcohol o drogas; se va aislando; cambia dramáticamente de humor, o pierde el interés en muchos de sus hobbies está ante señales de alerta y  debe  actuar con rapidez para evitar una desgracia.

Y si alguien tiene ideas suicidas, tiene que pedir ayuda. "No debe mantenerlo en secreto, debe decírselo a su médico de cabecera o a personas de confianza". Así lo piden Amparo González (enfermera especialista en Salud Mental), Marina González (psiquiatra) y Teresa Reijas (psicóloga clínica), las tres componentes de la unidad de prevención de suicidios del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO), única en Galicia. 

Acabar con los mitos, quitar los estigmas y, sobre todo, recordar a pacientes, familiares y allegados que, si se implican, puede haber una solución son objetivos clave. "La gente mayor no sabe que esto se lo puede decir a su médico de cabecera. ¡Nos lo han dicho aquí, pensaban que no lo podían decir!", explica Amparo, que subraya que fruto de la colaboración con Atención Primaria se puede actuar con rapidez: "¿Ha pensado en suicidarse? Esa es una pregunta que se hace en las consultas y que antes no hacían. Y el paciente se siente aliviado. 'Por fin alguien me lo pregunta', dicen". De hecho, según sus cálculos, el 60% de lo que intentan un suicidio pasan días antes por su centro de salud. 

"Es importante que uno no tenga miedo de preguntar a un familiar o a un amigo si tiene ideas de suicidio", apunta Teresa, que cree que las personas "están ahora más abiertas a hablar sobre ello".  Cuando hay señales de alarma, están disponibles los teléfonos 061 o 112, el propio médicos del centro de salud o el teléfono de la esperanza (717003717).


Mitos falsos


Los mitos son otro problema importante, que puede evitar que las personas con estos sentimientos de suicidio den el paso de pedir ayuda. "Los más arraigados, como el de que el que intenta un suicidio es un cobarde o un valiente, hacen que sientan miedo y se sientan solos", dice la enfermera. "Se aumenta el estigma social", lamenta Marina. 

Entre estos mitos a descartar están el de 'el que lo dice no lo hace', que solo quieren llamar la atención –"nos tiene que preocupar que lleguen a un extremo de poner en riesgo su vida para llamar la atención" –, que 'el que se quiere matar no lo dice' –"cuando de cada 10 que se suicidan, nueve lo manifestaron, y la otra lo dejó entrever"– , o que 'solo las personas mayores se suicidan'   –cuando las profesionales coinciden en que "hay un repunte entre los jóvenes en los últimos años"– 

Acabar con ese estigma es el principal objetivo que estas tres profesionales buscan desde su unidad. "Quien se suicida es una persona que está sufriendo, no es ni valiente ni cobarde", recalca Teresa.  Dicen que el suicidio no ha de esconderse, ha de hablarse de él, pero en clave de prevención. "Hablar de la palabra suicidio no tiene un efecto llamada", apunta Amparo. "Si se normaliza, la gente pedirá ayuda. Sucede con la violencia de género, que ha ganado visibilidad. Por hablar de ello no se induce", añade Marina. 


Acabar con el tabú


Acabar con el tabú, urgente. "Todos somos vulnerables, porque no hablemos de él no va a desaparecer. Hay más muertos por suicidio que en todos los conflictos bélicos o por accidentes de tráfico. ¿Y aún nos seguimos cuestionando si hay que hablar de ello? Sí, pero no desde el punto de vista macabro. El día que podamos decir que un familiar nuestro murió por suicidio con normalidad, como si muriera por un infarto, habremos ganado la batalla, lo habremos normalizado", concluye Amparo. 


Cuatro veces más muertos por suicidio que por accidentes 


El suicidio causó 37 muertes en 2017,  hasta cuatro veces más que los fallecidos en accidente de tráfico en la provincia ese año. Las tentativas de suicidio, por su parte, generan alrededor de 300 consultas anuales en el servicio de Urgencias del CHUO. Para una mejor atención, el servicio de prevención atendió desde 2009 a 1.670 pacientes, y cada año se dirige una media de 180 pacientes desde Atención Primaria, Urgencias o Psiquiatría. Son cifras que hablan del trabajo que se realiza y también del problema. Se nota un repunte entre hombres y jóvenes de 16 a 25 años En el rango de edad entre 15 y 29 años es ya la segunda causa principal de muerte. Los suicidios entre los pacientes atendidos en el programa – que dura  seis meses, con consultas semanales o quincenales– se redujeron a un 10% en el año siguiente al primer intento, cifra que asciende al 50% en el caso de no haber seguimiento. La provincia logró reducir el  número de suicidios consumados en los últimos 10 años, así como disminuir ingresos y atenciones urgentes. 

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