La sujección de internos a la cama, en tela de juicio

Edificio judicial de O Barco.
photo_camera Edificio judicial de O Barco.
Los fiscales vigilan las residencias de la provincia para evitar excesos

La vigilancia del Ministerio Público en las residencias de la provincia no se limitó a la pandemia. Desde hace años, uno de los puntos fundamentales de control por parte de la Fiscalía son las medidas de contención físicas y químicas. “No se observan deficiencias destacables en la atención y el cuidado a las personas mayores residentes ni a las personas con trastornos mentales graves o déficit intelectual”, asegura, aunque echa en falta más inspecciones por parte de la Xunta.

En las residencias de titularidad pública y en las mini-residencias es donde se constata una baja incidencia de medidas de sujeción en las personas mayores debido a la utilización de alternativas (camas articuladas, sillones especiales, mayor ratio de personal especializado, mayor actividad lúdica…) y en el ínfimo número que aplican solo utilizan sujeción de cintura en sillas y baldas en camas.
“Se cumplen todos los protocolos de actuación para la adopción de medidas de sujeción, pues llevamos años controlando de manera específica esta materia y las residencias los  han ido adaptando, a saber, informe médico previo, información completa a familiares de riesgo y beneficio de la medida, y consentimiento escrito del familiar de referencia. No obstante, el hecho de que se tramiten protocolos adecuados no significa que el número de sujeciones varíe, pues lo que está claro es que el problema radica en que podrían ser evitadas cumpliendo una serie de parámetros, aunque médicamente estén bien prescritas”, aseguran desde el Ministerio Público.

La  Confederación Española de Organizaciones de Mayores inició en 2003 su programa “Desatar al anciano y al enfermo de alzhéimer”. En 2006, la residencia Torrezuri en Gernika (Bizkaia)  suprimió ataduras y se proclamó como la primera de toda España en dar ese paso. Su directora fundó la Fundación Cuidados Dignos para difundir el modelo. Más de 300 residencias de toda España se han sumado a los programas de erradicación de CEOMA y Fundación Cuidados Dignos, que trabajan por una tolerancia cero al uso de las sujeciones físicas y químicas en personas mayores con patologías neurodegenerativa.

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