TRIBUNALES

Sustrajo las joyas y el dinero de la casa en la que trabajaba

Su pareja en ese momento vendió las alhajas en dos negocios de compraventa de oro, según la jueza

María José B.F. fue condenada por apoderarse de joyas valoradas en 1.430 euros y dinero (1.025 euros) en la casa en la que trabajaba como empleada de hogar. La misma sentencia del Juzgado Penal 2 condena por receptación a Miguel Ángel G.E., la pareja de la inculpada, por vender las alhajas en un negocio de compraventa de oro de la avenida de Zamora y otro de la plaza de Santa Eufemia a lo largo del año 2017. El fallo impone un año de cárcel para la mujer por un delito de hurto y nueve meses para Miguel Ángel.

La jueza tiene en cuenta el reconocimiento, al menos parcial, de los hechos que hizo la acusada en el juicio oral. Admitió que cuando trabajaba en una casa de Vila Valencia sustrajo las joyas y se las entregó al que en ese momento era su pareja sentimental. "Tal reconocimiento es por otra parte obligado pues no tendría la acusada modo de explicar cómo las joyas pertenecientes a la denunciante acabaron en poder de su pareja", dice la magistrada. La única persona que tenía libre acceso la vivienda, ya que tenía las llaves, era la acusada.

La condenada no reconoció, sin embargo, que se hubiera apoderado del dinero. "En este punto de controversia consideramos mucho más creíble la versión de la denunciante que la de la acusada, en primer lugar, porque no hemos apreciado en su relato el más mínimo ánimo de resentimiento o venganza hacia la acusada", destaca la sentencia. Repara la ponente en que "quien tiene propósito de hurtar lo que de valor encuentre en el hogar en el que esté trabajando sí se moleste en sustraer unas joyas que luego tiene que vender (...) y, sin embargo, no tenga la más mínima intención de coger el dinero, que es obvio hay en cualquier domicilio cuando del mismo sí puede disfrutar de manera inmediata". 

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