Si Chocolates Chaparro fue la primera empresa en obtener licencia industrial en Ourense, Ramos Shop confeccionó aquella identidad textil del Ourense de los años 20. Ambos dijeron adiós, pero no son los únicos negocios llamados "emblemáticos" que se despidieron durante o por la pandemia. En la ciudad sobresale Tábatas, la mítica peletería que llegó por el frío a Ourense, de la mano de una modista de León, hace 33 años. También se marchó El Pato Rojo de Oira, aunque reabrió con otra gerencia. Peggy Records o La Moncloa de A Ponte, otros cierres emblemáticos.
Cerca de la ciudad, Barbadás "apagó" el bar La Farola, de María Teresa Rodríguez, después de 40 años de servicio.
En las villas
Verín está todavía consternada por el cierre del Bar Liló. Su dueña, Mila do Liló, todavía confía en que en la vuelta a la normalidad, regrese. Este establecimiento se fundó en 1940 .
En Ribadavia, se despiden de A Tafona da Herminia y de sus maravillosos dulces hebreos 30 años después de su fundación. También baja la persiana O Xudío, otro establecimiento hostelero de referencia en la capital de O Ribeiro. Son una veintena de cierres emblemáticos en la provincia.
