REPORTAJE

Un ourensano, a Tailandia por el sueño de otros

tai_result
photo_camera Mario Rey, joven ourensano que viajará en bicicleta por el mundo durante un año.

Lleva más de 1.500 kilómetros  encima de su bicicleta y todavía no sabe muy bien por qué. De Galicia a Tailandia, el ourensano Mario Rey pedalea buscando experiencias a sus 18 años recién cumplidos 

Hace días que los amigos que Mario Rey tiene en A Seara (Cartelle) ya solo le ven por Instagram. Está a punto de cruzar Francia. Va en bicicleta, con 45 kilos a las espaldas, 18 años y con un rumbo fijo: Tailandia. El motivo no lo tiene claro. Duda y pedalea. "No sé. Ves a chavales de mi edad que les falta una pierna, por ejemplo, y ganan medallas de oro. Y yo estoy en casa, sentado en el sofá, sin hacer nada. No apreciamos lo que tenemos. Cuando estás a kilómetros de tu familia sin agua o sin comida, empiezas a valorar esas pequeñas cosas que no aprecias a diario, como comer una simple manzana o charlar con la gente cuando en otras circunstancias contestas mal o no te apetece. No sé. Es que en realidad no me ha llamado nunca la bici. A ver, hacía 5 kilómetros por la ciudad como mucho. Ahora, unos 100 al día".

Aunque sus raíces están en Ourense, hasta hace unos meses estudiaba Bachillerato en Vigo. Allí empezó a pedalear. "Ahora ya nada me ata, creo que es el momento de hacerlo".

"También me llevo un ordenador con la idea de estudiar programación, pero de momento no puedo dedicarle mucho tiempo", se ríe.

Sigue pensando respuesta al motivo de esta aventura. "Tailandia creo que es un país llamativo, con una cultura diferente y una naturaleza preciosa. Está bastante lejos, y quería que fuese un viaje largo. Calculo que me llevará un año, porque son unos 200 días de viaje, pero si veo un sitio que me guste, quiero parar y quedarme lo que me apetezca. Un mes o así. Por eso, redondeando, irá a 365 días el viaje".

Asegura que come con tres euros diarios y ... ¿para dormir?: "Voy alojándome en casa de gente solidaria a través de una aplicación de Internet. En Ourense pude conocer a Alberto Rodríguez, que fue a Nepal en bicicleta. Cuando llegué a su casa con las alforjas rotas, me regaló unas, además de una mochila nueva. Si hubiese comprado todo, serían unos 200 euros".

"El material de alpinismo lo compré de segunda mano en Wallapop, otra aplicación, y el que no tengo me lo regaló la gente por el camino al gustarle lo que estaba haciendo". Más de 20.000 kilómetros por un impulso repentino que ya notan sus rodillas. No le preocupa. "Al principio hice menos kilómetros porque tenía dolores. Ahora lo llevo bien".

La meta es el camino

Halla, quizá sin saberlo, una razón: "El mundo es muy grande y hay muchas culturas. Por ahí hay mucho que aprender. Cuando haces algo así, diferente, la gente se vuelca muchísimo. Eso es lo que yo he vivido. Tenía una percepción de sociedad podrida, pero en el camino encontré personas que me ayudaron. En cada sitio en el que paro. No sé. Creo que esta aventura es algo que los demás ven y piensan que lo que yo hago es, realmente, lo que les hubiera gustado hacer a ellos mismos". 

Te puede interesar