La tajante respuesta del hijo de Caride al alcalde: "Por alusiones. A Gonzalo Pérez Jácome"

El hijo de Miguel Caride responde al alcalde tras las declaraciones realizadas hoy: "Me han dicho (sobre Caride) que no está atravesando su mejor momento. Todo el mundo sabe que es un traidor, lo sabe también su familia y sus hijos"

El hijo de Miguel Caride, David Caride, responde al alcalde tras las declaraciones realizadas hoy, en las que hizo alusiones personales tanto al concejal crítico de DO como a sus hijos: "Me han dicho (sobre Caride) que no está atravesando su mejor momento. Todo el mundo sabe que es un traidor, lo sabe también su familia y sus hijos", dijo el alcalde.

Carta íntegra de David Caride en contestación a Gonzalo Pérez Jácome:

Dice hoy el alcalde en rueda de prensa que hasta yo debería saber que mi padre es un traidor... Hace falta tener valor, viniendo la afirmación de quien viene.

De alguna forma, Gonzalo, me siento responsable. Al fin y al cabo, era el pequeño David el que ponía en bucle a Miño Man y el celebre "300 votos" en la época cuando todo empezó, cuando mi padre solo era un cliente de Jolper. Ya sabes que la música hace magia. Supongo que una cosa llevó a la otra. Y esa otra a otra más. Una especialmente sonora fue vuestra victoria en aquel juicio por piratear el Canal Plus en tu televisión, cuando mi padre todavía era tu "buen abogado".

Supongo que ahí se terminó de fraguar el origen de todo este desastre. Eran otros tiempos y a mi me parecía increíble que mi padre estuviera en tu barco, y yo, tontito de mí, presumía de ello. Era un chaval, que hasta le hacía ilusión que le felicitaras el cumpleaños por Facebook, muchos años antes de bloquearme. Por suerte o por desgracia, el tiempo pasó, y yo cambié.

Tu supuesta autobiografía firmada con seudónimo y tu demagogia televisiva terminó por confirmarme lo que tantos otros me habían dicho antes y yo negué durante años. Empezabas a parecerme una persona desequilibrada con tendencias narcisistas, pero encubiertas por un aura carismática, populista y terriblemente peligrosa. Y además tenías una puta televisión, como buen caldo de cultivo para tu proyecto... En cualquier caso, tú seguías recurriendo a mi padre, y mi padre te seguía defendiendo, dentro y fuera de los tribunales, asesorando, participando en tus tertulias, incluso presentándose en 2016 a las autonómicas. Y yo respete, con distancia, vuestra relación, aunque por momentos, me generase un dolor que cometí el error de reprimir durante demasiado tiempo, y que supongo que perdoné por el cariño que te tenía desde la infancia.

El tiempo pasó y pasé una época más preocupado por estudiar y emborracharme los fines de semana. Las pocas veces que te veía lo hacía con la óptica de pasar el rato con tu labia desquiciada. No porque fueras un político ejemplar, sino porque eras el payaso de la tele del que todo el mundo hablaba, que siempre estaba en el ojo del huracán de cualquier follón. Como tantos otros que han terminado siendo tus votantes. Das para muchos memes. Y eso también es peligroso en política. Al fin y al cabo, en el lugar donde trabajaba he llegado a ver a viejos adversarios políticos riéndose de ti, sí, pero siempre con el nombre Jácome en sus bocas. "Es importante que hablen de uno, sea bien o mal", uno de tus mantras, señor Miyagui. Eso refleja que ya habías ganado hace tiempo.

Te voté una vez, la primera vez que pude votar. Después, nunca volví a hacerlo, ni obviamente jamás lo haré. Por mucho que a veces intuyera algo de verdad y voluntad en tus “speeches” no podía. Pero si algo he aprendido de mi familia es a respetar las diferencias, y a intentar no odiar a nadie por mucho daño que te hayan hecho. Y tú nos lo hiciste, mucho antes de 2020, pero eso es ya otra historia. Quizá sea una gilipollez, o quizás no. Lo cierto es que no tienes ni idea de lo que he tenido que aguantar este último año y medio por culpa de tu miserable actitud, de tu chulería adolescente, de tu soberbia y de tus faltas de respeto, ni las veces que he agachado la cabeza y cambiado de conversación ante algunas de tus hazañas virales, ocultando que mi padre era tu concejal. Sencillamente, se cruzó el límite de lo tolerable en una institución pública.

Y no. A mí, mi padre no me ha traicionado. Por mucho que lo repitas. Por mucho que una legión de bots, e incluso algunos de los contactos de este perfil se empeñen en decirlo en público, como si lo más importante fuera suplir el vacío de entretenimiento que a algunos les dejó “Juego de Tronos”.

Esta es la vida real, somos una ciudad pequeña, somos personas humanas y usted, Mr. Showman, sabe cómo hacer daño. Ha sido tu alimento político durante años. Solo así se explica que ataques a alguien por su condición profesional en cadenas nacionales, y luego extrañes que te quiera cobrar por los servicios de cuyos resultados positivos te has chuleado más de una decena de veces.

Sobre el auto, soy jurista, y lo respeto. No creo que este sea el lugar para comentar lo que seinvestigó y lo que no se investigó, la práctica de las pruebas, o lo que a ti te apetezca, Gonzalo. Los hechos están ahí, aunque las pruebas presentadas no lleguen para acreditar delito. La verdad es que has obtenido cientos de miles de euros de procedencia pública, que has reconocido pasar a tu partido y después a tu empresa. En todos los casos, el único que gestiona ese dinero eres tú, aunque en los papeles parezca figurar otro tío. Entre una larga lista de cosas sin explicación. Y eso, dicho así, asusta un poco. Espero que si yo me hubiera negado a darte la paga extra además de más de 1.000 pavos del sueldo durante meses no me hubieras cesado del puesto. Al menos no por nuestra vieja amistad, ¿verdad? Hay que rodearse de amigos siempre. Eso ya lo sabes muy bien.

La verdad es que yo también te habría denunciado, también me habría quedado ahí, y me habría comido el marrón de unos y de otros, los ataques, las injurias diarias, los desprecios, las indirectas, el odio y todo el relato que te has montado. Porque ya hace tiempo que estás políticamente deslegitimado. Te lo han repetido estos meses algunas figuras importantes a las que te has enfrentado en el pasado, algunas a las que les has jodido la vida, aunque las lecciones que nos ha dado la clase política hagan ver que eso da exactamente igual. Si. Yo también sería lo que tú llamas un traidor.

Así que amablemente te pediría que disfrutases de tus reyes y no sigas convirtiendo este asunto en algo personal. Ni se te ocurra volver a nombrarme para atacar a mi padre. Y que sepas colega que a mí también me han llegado regalos, por fin él y yo después de tanto tiempo estamos de acuerdo sobre tí. Me siento realmente orgulloso de él. Y él lo sabe.

David Caride.

Te puede interesar