Pandemia

Los taxistas pasan el examen PCR: "Somos totalmente seguros"

Taxistas en la parada del parque de San Lázaro, ayer (JOSÉ PAZ).
photo_camera Taxistas en la parada del parque de San Lázaro, ayer (JOSÉ PAZ).
Defienden que son un "transporte seguro" 

Los taxistas de Ourense son otro de los colectivos esenciales en esta segunda ola y con restricciones en muchos rincones de la provincia. Siguen al pie del cañón, pese a que, como reconoce el presidente de la asociación provincial del gremio, "como moito, cubrindo gastos, o que pode. En 22 anos non vin situación así, e eu xusto antes de todo isto cambiara o coche, así que imaxina". A su colectivo, la imposibilidad de entrar o salir de la ciudad también les ha afectado mucho. "O que notamos é que agora a xente viaxa moito máis soa, incluso para ir ao médico. A xente colleu conciencia", recuerda Francisco Álvarez, que recuerda que en el taxi puede ir más de una persona "sempre que leven máscara e ocupen os asentos traseiros". Otras normas, como puede ser el no poder reunirse entre no convivientes, ya queda del lado de los clientes, que son los que, en caso de un control de las autoridades, debería demostrar estar cumpliendo ese requisito: "Nós non somos policías".

Lo que sí tienen claro los taxistas es que son un "transporte seguro". Y más todavía tras conocer el resultado de las PCR preventivas realizadas al colectivo por parte de la Consellería de Sanidade en la provincia. "Fixo o test sobre o 80% dos taxistas ourensáns e non coñecemos ningún positivo", señala Álvarez, dando buena cuenta de que son un transporte "totalmente seguro" y, además, "rápido".

SIN VIAJES NOCTURNOS

Los tiempos no son fáciles para el sector. Una pequeña charla con los que hacían turno ayer por la mañana en la parada del parque de San Lázaro así lo acredita. "O outro día un deles estivo desde a medianoite e ata as sete da mañá non tivo servizo ningún, a cousa está jodida", reconocían los conductores. Y es que el cerrojazo al ocio nocturno ha bajado la actividad al máximo: "Antes o que quería estiraba ata a noite para facer máis viaxes, agora non vale a pena, non hai ninguén". A eso se ha sumado el confinamiento perimetral de la ciudad. "Notouse na estación de tren, xa que estaba en auxe, pero baixou moito". 

Confían en que poco a poco vuelva la actividad. "Voume buscar a vida por aí a ver se sae algo", comentaba uno, harto de esperar en la parada. Solo la lluvia animó un poco el trasiego de servicios, pero eran unas pequeñas gotas en un desierto de desolación. "Son momentos difíciles, pero o que o noso obxectivo é dar un bo servizo e ter os coches desinfectados". 

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