Los cambios en los contratos y la reducción del stock de pisos repercutirán en los precios de las viviendas
La evolución del mercado de alquiler residencial permite atisbar una línea ascendente de precios que amenaza con hacerse más empinada en los próximos meses, unos efectos que cada vez se notan con mayor virulencia en las ciudades de las provincias de Pontevedra y A Coruña, pero que según apunta la Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias (Fegein) en su último informe, no tardará en hacerse notar en el municipio de Ourense y en la localidad vecina de A Valenzá, en Barbadás.
Con un precio medio por metro cuadrado situado ya en 5,50 y 4,80 euros, respectivamente, el colectivo apunta a que el incremento puede ser mayor a partir del segundo semestre de este año, motivado por dos factores. Por un lado, la reducción del stock de pisos en alquiler hasta contar con unas 450 viviendas en comercialización en la provincia y, por otro, la renovación de aquellos contratos que fueron suscritos antes de junio de 2013, cuando se aprobó, en un contexto muy diferente al de la actualidad, la reforma de la Ley de Arrendamientos Urbanos, que flexibiliza las condiciones para los propietarios.
Condicionantes
"En Ourense, con unas rentas y pensiones bajas, esto es preocupante y auguramos problemas en la renovación de muchos alquileres firmados en una época de crisis y que ahora entrarán al mercado libre, serán al alza, un encarecimiento inasumible para muchas economías familiares que ya llegan con dificultades a final de mes", explica el presidente de Fegein, Benito Iglesias, que pone el foco en otros condicionantes que están provocando que el porcentaje de viviendas en alquiler en la provincia sea ya del 21,30%, superado solo en las urbes de Galicia por A Coruña (28%) y Vigo (22%).
"La población de menos de 35 años está excluida del mercado de compra de un piso, al no contar con los ingresos suficientes para hacerle frente, ya que los bancos han endurecido mucho las hipotecas, por lo que el alquiler está cogiendo velocidad de crucero, tanto en precios como en la presión de la demanda", sostiene Iglesias, que apunta a la movilidad laboral como otro condicionante para estar alerta con el actual contexto del mercado inmobiliario.
