Tribunales

"Tenía la droga en el bar para ocultar mi adicción a la familia"

Audiencia provincial 
Xuizo por tráfico de drogas. 
O Ministerio Público demanda sete anos de prisión para o propietario dun bar que, presuntamente, vendía droga no local.
photo_camera El hostelero, en un momento de la vista oral celebrada en la Audiencia Provincial.
Un hostelero de la ciudad fue enjuiciado en la Audiencia, acusado de vender cocaína en el negocio

"Tenía la droga en el bar para ocultar a mi familia que era consumidor. No quería que la vieran y, de hecho, nunca llegué a consumir en el local, salía fuera". Con este argumento se defendió este viernes un hostelero de la ciudad, Felipe R.R. (44 años) en un juicio contra él en la Audiencia Provincial  por  un delito contra la salud pública (tráfico de drogas que causan grave daño).  El imputado solo contestó a las preguntas de su abogado. "La droga la tenía repartida en bolsas para consumo propio y con mis amigos, pero nunca se la ofrecí a nadie, ni tampoco tuve quejas a este respeto de los vecinos", relató.

Felipe R.R. regenta un bar en la rúa Telleira, en el entorno del Campus Universitario, y el ministerio fiscal lo acusa de aprovechar el establecimiento para la venta de sustancias estupefacientes, por lo que le pide una condena de siete años de prisión y una multa de 1.117,27 euros.

La fiscal sustenta la acusación en la inspección que realizaron los agentes de la Unidad de Prevención y Reacción (Brigada de Seguridad Ciudadana) el 21 de diciembre de 2017 dentro del negocio, en el que decomisaron siete paquetes.  Uno contenía  9,191 gramos de cocaína y otros dos 6,157 y 1,965 gramos de la misma sustancia. En los cuatro restantes no había droga.

Los policías nacionales que llevaron a cabo el operativo declararon en la vista que se fijaron en el bar tras tener sospechas de que estaban siendo aprovechado para vender drogas. "El hostelero colaboró en todo momento y nos dijo donde estaba la droga", declaró uno de los agentes, puntualizando que el inculpado les había dicho que el negocio no iba bien, no tenía clientela y vendía la droga. Las dosis las preparaba a ojo y las vendía a 25 euros".

Los agentes, a preguntas de la defensa, aseguraron que el hostelero en ningún momento les dijo "que era toxicómano y que la droga intervenida era para consumo propio", aunque reconocieron que el local no hallaron utensilios como básculas de precisión, un cúter o resto de utensilios utilizados para preparar y manipular sustancias estupefacientes. 

El letrado citó a dos testigos, que declararon que el bar tenía clientela y que no detectaron que se vendiera droga. Uno de ellos aseguró que el hostelero consumía unos tres gramos por semana y, de vez en cuando, lo compañaba él. "Salíamos fuera del local". 

La vista comenzó a las diez de la mañana. El abogado defensor, nada más dar a conocer el presidente del tribunal la acusación que formulaba la fiscal, intentó anular la prueba de la droga intervenida por "errores" que calificó de "garrafales" en la cadena de custodia. "Se le pierde el rastro desde el primer momento", aseguró. La fiscal recordó que se respetó al máximo el protocolo establecido en este tipo de casos, "no hubo fallos".  El juicio quedó visto para sentencia. 

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