Lucha contra el coronavirus

La tensión en consulta crece: “Los aplausos ya se acabaron”

Francisco Aramburu, Luis González y María José Modroño
photo_camera Francisco Aramburu, Luis González y María José Modroño
La fatiga pandémica y la desinformación, principales causas de la irritabilidad de los pacientes

Los efectos de la pandemia han conseguido colarse en la relación entre sanitarios y pacientes. Si la tensión ya iba en aumento en los últimos años, como muestra el incremento de las agresiones a sanitarios notificadas al Colegio de Médicos de Ourense (siete en 2020 frente a las tres de 2019), la crisis del covid-19 solo ha empeorado la situación. “Y los profesionales siguen sin notificar la gran mayoría de las agresiones, ya asumen todo lo que le echan”, lamenta José Manuel Bendaña, secretario del órgano.

María José Modroño, vocal de Atención Primaria Urbana en el Colegio, reconoce que los pacientes están “más enfadados”. Achaca a varios factores el cambio de tendencia, como el desconocimiento sobre el día a día de los facultativos o el cuestionamiento de las medidas covid. “Creen que no atendemos presencialmente, y no es cierto. Cuando llegan y ven la sala de espera casi vacía piensan que no tenemos pacientes, y lo que hacemos es citarlos de forma espaciada para reducir riesgos”, señala. Las cuarentenas obligatorias derivadas de contactos estrechos también se suman al cóctel este verano: “Hay gente que cuestiona los protocolos de aislamiento y que incluso se los salta”. 

La médica del Novoa Santos Mercedes Hernández reconoce el aumento de la irritabilidad también entre los propios sanitarios: “Estamos todos tensos y cansados, llevamos 18 meses de incertidumbre, las noticias son cambiantes… Nos adaptamos como juncos, pero hay un momento en el que rompemos”. La falta de personal, de hecho, se hace patente un verano más en los centros de salud. “No se cubren vacaciones, ni bajas ni jubilaciones y hacemos lo que podemos. A la gente la llama un día un médico y otro día otro, se pierde la continuidad asistencial por completo”, explica Modroño. 

Urgencias

La demanda de Urgencias se encuentra ya en valores superiores a los de la época precovid, lo que satura el servicio y alarga las esperas. “Nos ha aumentado mucho la patología banal y son justamente esos pacientes los que más se quejan, porque ven que mucha gente -los casos graves- pasan por delante de ellos”, apunta Francisco Aramburu, jefe de servicio. El facultativo reconoce que se denuncia “poco”: “Recibimos muchos insultos, tanto nosotros como Enfermería. Hay personas que se desesperan, que te dicen que tu sueldo te lo pagan ellos… Aquí los aplausos se acabaron hace tiempo, la verdad”. 

En el rural, distinto

Luis González, jefe del servicio sanitario de Allariz, explica que la situación es distinta en el rural, donde la ratio de pacientes por centro es notablemente inferior. “En términos generales no se nota más irritabilidad o agresividad. Lo que vemos es mayor preocupación a desarrollar síntomas graves al notar algo raro”, señala. 

En su consulta de Xunqueira de Ambía ha notado mayor incremento de visitantes que acuden a consulta en comparación con años anteriores, pero la presión asistencial se ha mantenido en valores asumibles por el personal. “Sí que es cierto que al atender a pacientes que no conoces tienes que indagar en su historial clínico, explorar más tiempo…”.

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