TURISMO

Un tercio de los turistas de la provincia llega en verano

VERÍN (PRAZA MAIOR). 01/02/2018. OURENSE. Celebración del Xoves de Compadres, que da el pistoletazo de salida al tradicional Entroido de Verín. FOTO: ÓSCAR PINAL

El número de turistas ha crecido desde el inicio de siglo, pero sigue dominando la época estival

El turismo ourensano camina hacia la ansiada desestacionalización de un sector que sigue manteniendo los meses de verano con mayor peso en número de pernoctaciones y de viajeros. Un tercio de los turistas continúa llegando a la provincia de Ourense en los meses de julio, agosto y septiembre, un patrón que se repetía también a principios de siglo. 

Aunque se estrechan poco a poco las diferencias, el peso de los meses de verano en la economía turística ourensana se mantiene a la cabeza. El 31,8% de los viajeros del pasado año llegó en julio agosto y septiembre, cuando a principios de siglo, en 2001, esa cifra era del 33,4%.

En cuanto a las pernoctaciones,  si bien la tendencia es hacia la desestacionalización, la diferencia desde el 2001 hasta ahora apenas ha variado cerca de tres puntos porcentuales. En 2000, el 36% de las pernoctaciones se realizó en los meses estivales, mientras que en 2007 esa cifra se rebajó a un 33,1%. 

Con estas cifras, queda patente que sigue teniendo mucho peso el turismo veraniego y que el avance se hace muy poco a poco. Así pues, el modelo turístico dirigido hacia la apuesta por la cultura y eventos deportivos con un aumento de la oferta durante todo el año, tiene todavía mucho margen de mejora para equilibrar las diferencias.

En líneas generales, el avance en cuanto a cantidad absoluta en el número de turistas es muy importante. Si en 2001 llegaban 180.000 turistas, esta cifra alcanzaba en 2019 los 294.000 y el pasado año subía hasta los 308.309. 

Más importante es el avance en las noches que pasan aquí esos turistas. Si en el año 2001 se registraron 380.194 pernoctaciones, en el 2010 fueron ya 550.757 y alcanzaron 610.620 en 2017.

En otra dirección, julio, agosto y septiembre han ido registrando una caída paulatina en número de pernoctaciones, lo que estrecha la diferencia entre estos meses estivales y el resto. 

 Hay meses concretos que ganan fuerza. Si en el año 2000, entre el mes de enero y agosto había  una diferencia de 31.000 visitantes, la  diferencia cayó en 2017 a poco más de 17.000. 

La misma tendencia, todavía más acentuada, por el efecto del Entroido, se percibe en el mes de febrero, donde la misma diferencia en casi 31.000 pernoctaciones que se daba en el año 2000, se rebajó hasta poco más de 16.000 el pasado año. 

Los meses álgidos de verano pierden peso respecto a los demás, y los meses de invierno recortan distancias con el paso de los años, una tendencia que entra dentro de los planes de las autoridades, que durante los últimos años están dedicando sus esfuerzos a dejar atrás la temporalidad turística.


El sector hostelero, convencido de que hay que borrar la temporalidad


El sector de la hostelería es el más interesado en conseguir que se avance en la desestacionalización del turismo, aprovechando también el buen tiempo que, por ejemplo, el año pasado permitió llenar las terrazas de muchos negocios ya en pleno invierno. La apuesta por eventos culturales y deportivos para incentivar las visitas durante todo el año convence al presidente de la Federación Provincial de Hostelería, Ovidio Fernández Ojea. "La oferta de turismo urbano mediante las exposiciones fomentan el paseo por las calles, la distracción, y el consumo en bares y terrazas", indica Ojea. 

Ojea considera que hay que ofrecer un producto "integral" y que los hosteleros notan qye "tras muchos años dormidos" se está cambiando el modelo turístico, con una aumento de la oferta. "Se están haciendo esfuerzos importantes y vemos que el producto que oferta Ourense es cada vez mayor. Tal vez vamos con retraso respecto a otras provincias, porque estuvimos muchos años un poco paralizados, pero ahora se está moviendo todo", añade Ojea. 

La temporalidad alta sigue siendo un problema a resolver, como demuestran los datos. "Hay que romper ese sistema de temporada alta, podemos ofrecer cosas los 12 meses del año. Y hay que seguir apostando por este modelo de oferta que tiene gran poder de convocatoria", puntualiza. 

"No somos una provincia que tenga que tener temporalidad, tenemos mucho por descubrir, y hay que estar listos para el Año Xacobeo, que será clave", concluye.  


El reto: una planificación que rentabilice las potencialidades


Los expertos consultados por este periódico reconocen el "hándicap" de Ourense, al igual que tienen muchas ciudades históricas. Es un problema de consolidación de visitantes, el no convertirse en simples ciudades de paso. Pero hay grandes oportunidades. "El turismo está cambiando. Hace años el turismo de sol y playa tenían estancias medias muy largas, de más de 20 días, ahora eso está cambiando. El turista se mueve más", indica el catedrático de Geografía Humana de la Universidad Complutense, Miguel Ángel Troitiño. 

El profesor del Campus de Ourense Carlos Alberto Patiño Romarís, que mantiene una línea de investigación sobre marketing territorial, planificación y gestión turística, apunta a que el "hándicap de Ourense sigue siendo el "desconocimiento" como destino como destino turístico parte dentro del mercado de demanda. Pese a ello, avala las políticas que apuesten por el "place marketing".

"Toda política de marketing territorial bien planteada en cuanto a eficiencia y eficacia en el gasto es positiva. No olvidemos que la ciudad de Ourense goza de un destacado patrimonio histórico-artístico, termal y gastronómico. La accesibilidad vía ferrocarril respecto al mercado nacional y con Santiago, el gran referente de imagen en Galicia, ofrece oportunidades que no pueden dejarse en el tintero", recalca. 

Insiste en que "no despreciamos la potencialidad" y, a tal fin, recomienda una "planificación a corto y largo plazo fuera de determinismo políticos". 

Te puede interesar