"No hay mascarillas, geles hidroalcohólicos, guantes ni alcohol", reza un cartel expuesto al público en el exterior de varias farmacias de la ciudad. También en la de Os Remedios-María Rocío Vázquez Rodríguez.
Una de sus dependientas, Belén Florez Antón, apunta que el "paracetamol se está vendiendo mucho pero no está faltando, de momento". Y con el hibuprofeno "no hay tanto problema, porque como saltó en los medios lo de que no era bueno...".
No corre igual suerte otro de los productos más demandados estos días: el termómetro. "El último lo debimos vender hace tres días", señala Rubén Olmedo, de farmacia Parque. En O Couto, Belén Florez dice que "termómetros nos llegaron ayer tres", pero duraron poco. "Los almacenes se ve que se han visto desbordados por la demanda", apunta Olmedo.
María Elisa Vide Soria, de farmacia Fátima, avanza que "igual para la semana nos surten de guantes y algún gel hidroalcohólico o así; mascarillas desde luego no contamos con ellas".
El nivel de desabastecimiento de ciertos productos es generalizado y ya se apuntan otros que podrían producirse en breve. "Los guantes y el alcohol ahí andan,y el paracetamol está muy justo también", asegura Brais Morales, de farmacia José Antonio Bouzo, en la calle Concejo. Rubén Olmedo añade que "paracetamol e hibuprofeno, sé que hay comunidades autónomas que ya no lo sirven, pero aquí lo seguimos teniendo".
Afluencia
"La frecuencia de clientes sigue siendo extrañamente normal. Hoy -por ayer, sábado- está más tranquilo, pero está claro que la gente, gente mayor, no se queda en casa, sigue pidiendo sus medicinas, además de paracetamol y vitamina C y aparte de lo que ya no hay. Estamos un poco preocupados porque la gente no se queda en sus casas, a pesar de que les animamos a que cojan todo de una vez", señala María Elisa Vide.
"Yo creo que la gente tiene miedo a que se agoten las medicinas y hay otros que pienso que lo usan un poco como excusa para salir un poco, porque se está vendiendo de todo, desde champús a cremas de la cara, de todo", apunta Belén Florez.
"Desde primera hora, antes de que levantemos la persiana, ya tenemos gente esperando", aseguraba el pasado viernes Mari Ángeles Álvarez Amador, que regenta la farmacia situada a pie de Puente Romano, a las puertas del barrio de A Ponte.
