Los venezolanos encuentran en Ourense una tierra tranquila, lejos del "miedo" que vivían en su ciudad natal
Rhonny Finol, militar: "Intentaron cortarme las piernas en el ejército por desertor"
Era militaron en Venezuela pero tuvo que escapar de Venezuela con una de sus hijas a finales de 2016. "Me intentaron cortar las piernas con un machete mientras dormía porque me quería ir del ejército", relata. Ahora, teme no conseguir la residencia: "Si vuelvo me pueden matar".
María Isabel Quintero y José Ignacio Macías, Ingeniera química y empresario: "Acá caminamos en un día lo que allá en un año"
Llegaron en noviembre, aprovechando que él es hijo de celanovés. Todo por la seguridad. "Acá caminamos en un día lo que allá en un año", relata él. Ella se encuentra ahora con que no lo homologan el título. "Para que hagan el trámite, hay que pagarles, funciona así", dice ella.
Samira Mubayed, arquitecta: "Estoy dispuesta a lo que sea, solo quiero tener tranquilidad"
Es arquitecta y tenía un buen trabajo allá. Pero sufre de tiroides y no podía aguantar más sin medicación. "Estoy dispuesta a lo que sea, solo quiero vivir con tranquilidad", explica. "Dejé la comodidad, porque aquello es un paraíso, pero lo que importa es la vida", añade.
Johana Fernández, profesora: "Lo dejé todo por mi hijo, la comida nos duraba medio mes"
Vivió en su juventud en O Couto, de donde es su padre, antes de irse a la Venezuela de su madre, donde fue profesora. "Ahora lo dejé todo por mi hijo, solo nos daban una caja de alimento al mes que duraba dos semanas. Además, estoy enferma de la vista y acá tengo medicación".
Amarelis de López, turismo: "Allá siempre trabajé en el turismo y ahora era imposible"
Venezolana de pura cepa de isla Margarita. Estuvo 37 años casada con un coruñés, fallecido hace tres. Vino a Ourense en diciembre con su madre. "Allá siempre trabajé en turismo y ahora era imposible. "Quiero trabajar, no puedo estar si hacer nada, aunque estoy intentando obtener el DNI".
María Gloria García, oficinista: "No registraron las cotizaciones y ahora no puedo pedir la ayuda
La llamada de su tía desde Ourense la animó a venirse. Sabía que había ayudas a retornados: "Mi sorpresa fue que al llegar vi cómo la empresa en la que había estado en Venezuela los últimos seis años no me pagó las cotizaciones. Ahora no puedo tener la ayuda".
