Tribunales

"Me hacía tocarle, y yo nunca antes había dado ni un beso"

El acusado declaró en la sección segunda de la Audiencia Provincial (S.E.)
photo_camera El acusado declaró en la sección segunda de la Audiencia Provincial (S.E.)
La fiscal pide cuatro años de prisión a un acusado de abusos sexuales continuados a una niña de 13 años

"Cuando le preguntaba si la había violado, se quedaba callada. Yo era una madre desesperada", declaraba ayer la progenitora de la víctima con voz temblorosa en el juicio seguido en la Audiencia provincial. En el banquillo se sentó César R.O., acusado de abusos sexuales continuados a una menor de 13 años.

Los encuentros comenzaron en 2017 y perduraron hasta 2018, según la fiscalía. Víctima y acusado coincidían en una iglesia evangélica ourensana y las familias de ambos mantenían una amistad. Además, la menor estudiaba en un colegio cercano a la cafetería en la que trabajaba César R.O. y, a menudo, la frecuentaba de camino a clase. "Allí tenían lugar besos y tocamientos que, más tarde, desembocaron en mensajes por redes sociales" relataba la joven, que ahora tiene 16 años. En dichos mensajes, el acusado le pedía fotografías sexuales a la víctima y él le enviaba vídeos masturbándose, según relató la denunciante en el juicio.

Cuando la madre de la adolescente se hizo eco de lo que estaba pasando, no dudaron en acudir a instancias policiales: "Pensé que hasta podría fugarse con él, porque cuando le pregunté todo, me dijo que él le decía que iba a dejar a su familia y se iban a casar con ella".

La fiscal pidió 4 años de prisión para el acusado por un delito continuado de abusos sexuales a una menor de 16 años. Él, por su parte, negó todo lo sucedido. "Para nada tuvimos una relación y en ningún momento nos hicimos tocamientos y, además, es falso todo lo de las redes", explicó a la sala.

Tras las explicaciones de César R.O., la víctima relató los hechos cronológicamente. Dijo que "todo comenzó con una apuesta. A mis amigas les parecía guapo y como yo lo conocía, me retaron a pedirle su Instagram". Fue entonces cuando comenzaron a hablar y poco después "coqueteábamos en la cafetería, a partir de entonces comenzaron los tocamientos. Yo en ese momento nunca le había dado un beso a nadie ni había tenido una relación". Accedió a los requerimientos del inculpado, dijo, porque estaba "enamorada" y mandó fotografías desnuda, tal y como César R.O le había pedido. También indicó que el hombre le exigió que borrase dichas conversaciones, por lo que en el juicio no dispusieron de ellas como prueba.

Por su parte, la defensa alegó que "todo es una broma que se le ha ido de las manos a una niña con un relato fantasioso y las pruebas son insuficientes para una condena".  Y la acusación particular concluyó que "nos encontramos ante un claro delito de abuso y solicitamos la condena".

El  acusado trató de entablar relación con otra menor

La víctima no fue la primera niña con la que César R.O. intentó mantener contacto. En el juicio, declaró una amiga de la menor que también había recibido mensajes  en los que "me invitaba a tomar un café". Esta vez, no hubo consentimiento, pero aseguró haber visto las conversaciones íntimas que víctima y acusado mantenían.

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