Mudus Vini, Berlin, Vinalies Internationales de París, Challenge International du Vin de Burdeos, el Concurso Mundial de Bruselas, Decanter, de Londres, Sakura de Tokio, son las principales citas de la ronda internacional que se celebraron en el primer semestre del año, centrados fundamentalmente entre los meses de marzo y mayo. La presencia de los vinos gallegos se hizo en las ediciones de estos certámenes especialmente notoria. Incluso en los que son más cicateros a la hora de otorgar galardones, como Berlín, Burdeos o el Vinalies de París. Y en términos generales se ha registrado un mayor peso de los vinos de bodegas ourensanas, a pesar de que representan menos del 40 por ciento de la producción de los vinos calificados de las denominaciones e indicaciones geográficas gallegas.
De los 87 premios conseguidos hasta ahora, a los que hay que añadir los numerosos Bacchus, medallas de Vinespaña y premios Baco, diez vinos copan una importante parte de esas medallas. En el Top 10, el Ribeiro copa 9 de los 10 primeros puestos, con vinos que han logrado tres o más premios en la mayoría de los casos. Ramón do Casar se convirtió en la bodega más premiada, seguida de Viña Costeira, Pazo Tizón y Alanís. Esta última pertenece al grupo Bodegas Gallegas que, sumando a los galardones obtenidos por los vinos de esa bodega del Ribeiro las que tiene en Ribeira Sacra y Rías Baixas se ha convertido en la ganadora absoluta, no solo de todos los grupos bodegueros ourensanos, sino también de todos los gallegos.
Ramón do Casar está representada por dos de sus vinos entre los diez más premiados de la provincia, pero otros dos más han logrado al menos dos premios adicionales cada uno. Ramón do Casar Nobre, no solo lleva colgadas siete medallas en esta temporada. También los premios al mejor vino blanco a concurso en el Challenge International du Vin de Burdeos, y el premio al mejor Vino blanco de 2022 en los Bacchus.
Bodegas gallegas
En este cuadro de honor, el grupo bodeguero mejor representado es Bodegas Gallegas, porque, como decíamos unas líneas antes, fue el que acumuló más premios para marcas de Ribeira Sacra, Ribeiro y Rías Baixas, con casi una veintena de galardones. En el Top Ten se encuentran tres de sus vinos, dos de ellos del Ribeiro y también el único que no es de esa denominación de Origen, Rectoral de Amandi.
Viña Costeira situó a su vino emblema entre los tres primeros puestos pero logró medallas para otros siete más: Modus Vivendi, Meu Treixadura, Colección 68, Tamborá, Codos de Larouco, Vía Barrosa Treixadura, y Lua Jazz Brut. Bodegas Docampo se coronó con su Viña Docampo Godello en cuatro concursos. Pero también logró medalla Señorío da Vila.
El éxito también alcanzó a pequeñas bodegas, como Pazo Tizón que además de los tres premios por su vino blanco, sumó otros tres premios más para su Finca Liñariños y el Pazo Tizón tinto. Tear dos Dodi, logró dos medallas y Laudes, que se estrenó este año con el vino que le da nombre a la bodega, hizo un pleno de tres, con tres oros en Burdeos, Bruselas y Decanter, un hito que no había conseguido ningún vino gallego hasta ahora en el año de su salida al mercado.
El triunfo del Ribeiro fue especialmente significativo, pero no puede eclipsar los éxitos de Monterrei y Valdeorras, que consiguieron extraordinarios resultados. Ganar un premio ya no es lo excepcional para los vinos ourensanos.
