Francisco Prieto: “Hay que trabajar juntos, nadie se salvará solo frente al covid"

Francisco Prieto, durante la imposición de manos de Monseñor Julián Barrio (ARZOBISPADO DE SANTIAGO).
photo_camera Francisco Prieto, durante la imposición de manos de Monseñor Julián Barrio (ARZOBISPADO DE SANTIAGO).
El ourensano Francisco Prieto se ordenó ayer como obispo auxiliar de Santiago, recordando a Ourense

La archidiócesis de Santiago de Compostela ya tiene nuevo obispo. El ourensano Francisco José Prieto Fernández se ordenó ayer en una ceremonia celebrada en la Catedral de Santiago en la que estuvo arropado, entre otros, por sus ya excompañeros de la Diócesis de Ourense, en la que ejerció su labor durante 28 años. Prieto tuvo palabras para su provincia natal durante la "Acción de Gracias" de su ordenación. Recordó que el Papa Francisco accedió a proporcionar a Monseñor Julián Barrio la colaboración de un obispo auxiliar. Prieto instó en su discurso a las autoridades civiles, políticas, académicas y militares a trabajar "todos juntos" frente a la covid-19 porque la ciudadanía merece "todo el esfuerzo y empeño".

"Hay que caminar en esperanza por las semillas de bien que Dios sigue derramando en la humanidad y asumir que ante este reto y siempre, nadie se salva solo", dijo Prieto. Animó a construir la "tarea común" de la Iglesia, con "espacios de convivencia y humanidad".

Representación desde Roma

El nuncio apostólico, monseñor Bernardino Aúza, destacó que con este nombramiento el papa Francisco ha querido "proporcionar paternalmente" al arzobispo de Santiago, Julián Barrio, la colaboración de un nuevo obispo auxiliar para "propocionarle apoyo en esta archidiócesis "rica por su historia y los frutos espirituales que ha dado a la Iglesia".

Barrio expresó su "filial agradecimiento" al Papa y aseguró que Prieto "lega a una comunidad diocesana que sentirá la necesidad de querer porque se sentirá también hondamente querido por ella, además de desearle un ministerio episcopal largo y lleno de frutos".

El ourensano Francisco Prieto quiso recordar a los obispos de la Diócesis de Ourense con los que coincidió, así como su experiencia de 28 años en la provincia. "No es el momento de hacer relato de todo lo vivido y compartido en estos años, pero sí de destacar la rica vivencia personal y sacerdotal que ha supuesto para mí y, de modo singular, la enriquecedora experiencia del camino sinodal que la Diócesis de Ourense inició en 2016 y que espero que pronto concluya para ser horizonte y camino de la nueva tarea evangelizadora en la Iglesia ourensana", apuntó en su Acción de Gracias.

Recuerdos ourensanos

Prieto hizo un guiño especial a la parte representativa de excompañeros ourensanos que se trasladaron ayer a la ceremonia de ordenación en la Catedral de Santiago, así como a los fieles a los que conoció en diferentes parroquias de la provincia durante casi tres décadas. 

El nuevo obispo auxiliar de Santiago, con cercanía y en gallego, agradeció "á miña familia diocesana en Ourense: nela recibín e crecín no don da fe e recibín o don do ministerio sacerdotal; por eso un sentido agradecemento aos meus compañeiros do presbiterio no que camiñei durante case 28 anos; un recordo agradecido aos fieis das parroquias ás que servín como sacerdote durante estes anos". La diócesis le devuelve el afecto. 

Especial agradecimiento a los fieles de Mariñamansa

El nuevo obispo auxiliar de Santiago se acordó de los fieles de la parroquia y el colegio de San Pío X de Mariñamansa, "onde pasei os últimos once anos". También agradeció "aos seminaristas, a os meus compañeiros do Instituto Teolóxico, a todos os seminaristas; aos alumnos e profesores do Centro de Ciencias Relixiosas San Martín; aos meus compañeiros cos que compartín ilusións e proxectos na tarefa de acompañar e axudar ao noso Bispo; ao equipo da Vigairía para a Nova Evanxelización, e a todos cos que colaborei e traballei na curia do Bispado; ás comunidades de vida consagrada (especial mención ás Clarisas de Vilar de Astrés); e por suposto aos Equipos de Matrimonios de Nosa Señora, ao meu Equipo, que me acompañaron e acompañei durante 25 anos, que marcaron fondamente a miña vida sacerdotal; e a compañeiros de Roma e Salamanca dous momentos enriquecedores". 

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